Con los ojos vendados y las manos atadas. Así fue hallado en horas de la madrugada de este martes el cuerpo de un hombre en la esquina de Esmeralda y Presidente Quintana. Tenía 9 orificios de bala y hasta la tarde la víctima no había sido identificada. Cerca del cuerpo había un mensaje manuscrito con una amenaza mafiosa: “Que peleen, si no que corran”, a parecer basada en una canción del músico de la llamada “cumbia RKT” Callejero Fino. El crimen coronó una noche en la que se reportaron tres balaceras en el mismo barrio Tablada: todas contra domicilios relacionados con la familia Funes.
Desde la Fiscalía indicaron que este nuevo crimen, según conteos oficiales el número 90 en lo que va de 2022 y el 28 en abril, fue cometido a las 4.30 “cuando personas no identificadas hasta el momento, le efectuaron disparos de arma de fuego a la víctima y provocaron su fallecimiento.
Según primeros informes médicos el cuerpo presentaba 9 impactos de arma de fuego. Como es de rigor, el cuerpo fue derivado al Instituto Médico Legal para su identificación y examen.
“Se escuchan tiros todas las noches, es un sálvese quien pueda acá. Está terrible el barrio, no es como antes. Esto es algo de todos los días, el barrio es peligroso, no se puede más. Me vine de otro lado pensando que acá era más tranquilo, pero no”, fue el lamento de una vecina de Esmeralda y Presidente Quintana al cronista de Radio 2, temprano en la mañana, mientras policías de criminalística peritaban la escabrosa escena de un cuerpo acribillado e inmovilizado.
La fiscal Georgina Pairola, a cargo de la investigación, dijo que el cuerpo “era una persona que estaba con los ojos vendados. Tenía un cabestrillo de inmovilización en un brazo y la tira sujetaba al otro brazo, por lo tanto impedido de mover ambos brazos”.
Detalles macabros que, además, estuvieron acompañados de un rústico cartel: “que peleen, si no que corran”, frase del cumbiero Callejo Fino en su canción “Pide”.
La fiscal dijo que no está claro si la nota fue dejada por los homicidas o bien era llevada por la víctima al momento de ser ejecutada.
Esmeralda y Presidente Quintana no es cruce de calles cualquiera. El 25 de diciembre, durante las primeras horas de Navidad, allí cayó muerto a tiros al cabo de una discusión Matías Nicolás “Lela” Núñez, quien había ido a comprar un champán en compañía de su hija. El caso por el que se encamina a juicio un joven llamado Uriel Larrosa.
Luego el sábado 14 de marzo de 2020 allí mataron a Luciano “Chanchi” César a los 60 años. Chanchi, uno de los transeros más veteranos del barrio, era el cuñado de Rosa Caminos, hermana del Roberto “Pimpi”, que en 2019 fue condenada a ocho años por gerenciar varias búnker de drogas por Presidente Quintana al 100 y 200 bis.
El sábado pasado, la casa de Rosa de Anchorena al 100 bis recibió una lluvia de plomo, dos horas antes del crimen de su sobrino Marcos Caminos y el hijo de este (de apenas un año) en Colombia 1300 bis.
En las horas previas al crimen hubo cuatro ataques contra las viviendas de dos abuelas de Lautaro alias Lamparita y Alan Funes, archirrivales del clan Caminos. Dos de ellas fueron perpetradas en el mismo barrio Tablada, entre las 19.30 y las 20. Fueron en Necochea al 3500 y en Pasaje Ercilia al 200 bis.
“No sé si hay guerra narco. En muchos casos sí se advierte guerra por el territorio, en otros casos son ejecuciones o muertes dentro del mismo barrio a modo de aleccionamiento o en virtud de haber realizado algún tipo de traición a alguien que está por encima. Son muchas las razones que motivan los crímenes. La solución es siempre la misma: la aplicación de violencia a esta escala”, valoró la fiscal Pairola en diálogo con Radio 2 al analizar las posibles motivaciones de este nuevo crimen. Al cierre de esta edición la víctima no había sido identificada.