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Bartolomé Abdala, senador de La Libertad Avanza, ve como «ideal» un indulto a los genocidas de la dictadura militar

“Hubo muchos procesados. Algunos están bien juzgados y otros seguramente no”, dijo el legislador puntano. Y añadió: “La Argentina se debe la otra mirada. Es un tema que no ha cicatrizado”.

El senador nacional Bartolomé Abdala, de La Libertad Avanza (LLA), consideró este jueves “ideal” y “sano” que el presidente Javier Milei otorgue un indulto a los genocidas condenados por haber cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar.

“Hubo muchos procesados. Algunos están bien juzgados y otros seguramente no”, dijo el legislador puntano. Y añadió: “La Argentina se debe la otra mirada. Es un tema que no ha cicatrizado”.

El indulto de Menem

Pero el senador recordó especialmente el indulto que otorgó Menem, que beneficiaron a 220 militares, entre ellos los integrantes de la Junta que gobernó el país entre 1976 y 1983 y los que participaron de sublevaciones contra los gobiernos de Alfonsín y del propio riojano. También fueron alcanzados unos 70 civiles.

“Sería lo ideal, sería sano para sanar a la Argentina hacia adelante. En eso, abrazo el indulto de Menem”, sostuvo Abdala, cuya opinión tiene relevancia: es una de las máximas autoridades del Senado y es considerado un alfil de la vicepresidenta Victoria Villarruel.

La carrera de Bartolomé Abdala en San Luis

Tercero en el orden de sucesión presidencial, Abdala es uno de los dirigentes de La Libertad Avanza que puede dar cuenta de un currículum que no muchos de sus camaradas del espacio ostenta. Inició su vida política en los equipos del peronismo puntano y fue ministro de Turismo durante la segunda gestión de Alberto Rodríguez Saá, cuando el gobernador ya había enfrentado a Cristina Fernández de Kirchner en las presidenciales de 2007.

Trabajó en el Banco Provincia de San Luis y luego llegó a la Cámara de Diputados puntana con la boleta de Compromiso Federal. El representante del departamento Pueyrredón ya comulgaba con las ideas del PRO, que había empezado su proceso de nacionalización detrás de la figura de Mauricio Macri. Al entonces jefe de Gobierno lo conocía a partir de otra de sus pasiones compartidas: Abdala fue durante años presidente de la Liga Sanluiseña de Fútbol.

Abdala fundó el bloque amarillo en parlamento puntano y cumplió su mandato hasta 2017, cuando Cambiemos ya había desplazado al kirchnerismo de la Casa Rosada y el menor de los Rodríguez Saá había regresado a la oficina principal de la Casa de Gobierno ubicada en Terrazas del Portezuelo.

Cuando finalizó su mandato fue precandidato a diputado, pero perdió la interna con el radical Alejandro Cacace, que finalmente llegó al Congreso en representación del entonces oficialismo. Sin la banca, fue elegido presidente del PRO en San Luis, pero se fue cuando Patricia Bullrich quedó frente del partido amarillo y lo intervino para sumarlo a la estructura de apoyos que pusieron a Claudio Poggi en la gobernación.

La pata dialoguista de La Libertad Avanza

Todo ese bagaje dirigencial convierte a Abdala en uno de los hombres con mayores posibilidades de entablar diálogos con sus antiguos compañeros de Juntos por el Cambio y el peronismo provincial. Esa característica fue la que resultó determinante cuando Villarruel terminó definiendo su equipo de trabajo en la cámara alta.

Por su conocimiento de la historia política reciente de su provincia, también ostenta un poder de fuego considerable sobre Poggi, a quien suele apuntar cada vez que el mandatario se corre demasiado de lo que el oficialismo considera oportuno, se trate de lo discursivo o de lo estrictamente relacionado con la gestión.

Con ese recorrido llegó al armado de La Libertad Avanza desde el Partido Libertario en San Luis que él mismo ayudó a conformar luego del desengaño con el PRO. Junto al partido Movimiento de Acción Vecinal y el Partido Tercera Posición terminaron de darle forma a la alianza en la provincia que formó parte del colectivo que llevó a Milei a la Casa Rosada y a él al Senado.

El rol clave en el Senado

Abdala reúne algunas condiciones indicadas para tener su lugar en el armado nacional libertario. Se reconoce liberal desde hace tiempo, tiene el suficiente antikirchnerismo en sangre para no generar desconfianzas en la cúpula y ostenta una mirada en la que se unifica el perfil ideológico del presidente y de la vice.

Activo militante antiabortista también logró romper las dudas iniciales y ganarse el respeto de Karina Milei, que le confió, junto con el diputado Carlos González D’Alessandro, el armado del partido para fortalecer al espacio de cara a 2025.

Justemente D’Alessandro fue uno de los primeros referentes en salir al cruce de sus compañeros de bancada que viajaron a Ezeiza a visitar a los represores condenados y se mostró a favor de acompañar la iniciativa del peronismo para «evaluar la conducta» de los diputados libertarios.

Hace algunas semanas, apenas se conoció la información del viaje al penal aseguró en una entrevista con A24, que está «en contra de ir a visitar a tipos que han hecho un estrago en la Argentina y que son violadores de las libertades individuales”. «Están bien detenidos y se tendrían que pudrir en la cárcel”, dijo entonces. Lo dicho por su coprovinciano este jueves parece ir exactamente en la dirección opuesta.

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