El primer chico de la semifinal entre Libertad y Banco de Santa Fe vino movido. Los visitantes se impusieron por 93 a 86 en un duelo muy conversado y con innecesario protagonismo de los jueces Alberto García y Marcelo Pérez, quienes quisieron encausar el duelo pitando mucho y se terminaron complicando, ya que cargaron a medio mundo de faltas y luego, cuando hubo muchas situaciones para técnicas o algo más, no tuvieron la misma rigurosidad.
En ese marco, el juego nunca se terminó de armar y cuando parecía que Libertad lo cocinaba, fue Banco el que se llevó un triunfo que puede ser clave. Apostando al juego interno, los visitantes tomaron ventaja rápida, con Najnudel imposibilitado de recibir el balón. Pero poco a poco Libertad se fue soltando, encontró desde la paciencia la manera de hallar a su jugador determinante. Con rompimientos y descargas, el pasó al frente con una buena lectura de una defensa zonal. A esa altura las visitas a la línea ya eran moneda corriente y las faltas se acumulaban. Ya en el segundo segmento, Banco mandó a la cancha a un quinteto con cuatro altos, pero Libertad repartió goleo y se dio el gusto de empezar a tener lo mejor de Najnudel.
Sin embargo, Banco mostró que tenía más para ofrecer y llegó a pasar al frente con una racha de 6 a 0, otra vez con Robledo como estandarte. Libertad respondió con un 7 a 0 para recuperar la ventaja y pudo guardar largos minutos a Najnudel. Pero el local nunca pudo romper la insistencia de Banco, que fue limando la diferencia a puro rebote y visita a la línea, sobrecargó la zona pintada y en un rato se encontró con la ventaja tras un triple del Cabezón Suárez. De allí en más fue todo mano a mano, con asiduas visitas a la línea y la seguridad de que la balanza se inclinaría para el que minimice el error. Y fue Banco, con Boselli atento a rescatar los balones sueltos. Por el roce y peso específico, los de Tolosa se llevaron el primero. La revancha, el domingo.