Sonará como una sentencia nacida de un cerebro afiebrado, pero la vedette del mercado de pases local fue un equipo de Primera C. El humilde Ben Hur, mucho más conocido en los últimos años por la rama femenina del básquet que la masculina, es el equipo que más ruido hizo, y quizás el que más atracción despierte en la temporada, por color y también por jerarquía.
Es que de la mano del entrenador Pablo Menecier llegaron sus “hermanos” para jugar juntos en el año de la despedida definitiva. Los lazos de amistad forjados desde aquel 1984 en las inferiores de Provincial, afianzados a través de los años, hacen que hoy Juan Pablo Lupo (42 años), Flavio Bianchini (41), Luis Farhat (41), Fabián Gallardo (41), Juan Andrés Olivier (44) y Pablo Albanese (41) estén sudando de lo lindo en la pretemporada pero con el entusiasmo de unos pibes.
Cada uno tiene una historia particular, todos le dieron larga cuerda al reloj del básquet, a tal punto que Lupo y Bianchini vienen de romperla en El Tala (con título en 2012 incluido) y están en plena actividad más allá de que su nueva profesión ya es la de entrenadores.
Gallardo y Farhat también se dieron el gusto del título con Newell’s en el ascenso y no llegaron a estar ni algunos meses parados antes de engancharse en este nuevo desafío. Y su entrenador en ese éxito con la Lepra era Pablo Albanese, quien se había retirado en 2009 pero vuelve a la musculosa y a los cortos para ser el único interno de esta pintoresca banda de viejitos piolas.
Andrés Olivier fue el que más tarde se unió a esta familia. Es que el temible tirador firmatense llegó a Provincial cuando ya varios habían arrancado su carrera profesional en otros destinos, pero se dio el gusto de ganar el torneo local con el Rojo y luego coincidió con todos salvo Lupo en diferentes equipos. También se retiró hace más de cuatro años y ahora retorna. La mano está intacta, cuentan desde Ben Hur.
La Liga los vio nacer con el Rojo, aquel único emblema de Rosario en la A, que terminó como lamentablemente finalizan todos los intentos de la ciudad en el básquet grande. Pero aquella camada siguió recorriendo las calles del básquet, con otro hermano del alma como “figurita conocida”: Facundo Sucatzky.
Liga A, TNA, la vieja Liga B, España e Italia. El camino los puso en innumerables situaciones de vida deportiva y personal, pero siempre mostraron ese amor incondicional por la amistad y a medida que los años pasaban en cada asado, cada reunión, se empezaba a forjar una promesa: la de retirarse jugando juntos.
Lupo resume el génesis de esta reunión para que la banda siga rockeando: “Estamos entusiasmados porque desde hace tiempo que estábamos pensando en juntarnos y el Pelado Menecier nos dio esta oportunidad de despedirnos jugando juntos por el pancho y la coca entre amigos y darle una mano a Ben Hur. Lógicamente con seriedad pero pasándola bien. Después, seguramente vamos a querer ganar y nos fajaremos con todos. Bueno, en realidad Alba se peleará ahí abajo y nosotros tiraremos de tres (risas)”.
“Desde Provincial, a los 18, que no jugábamos juntos”, agrega Lupo.
Y Bianchini le pone cifras claras a la cuestión, sin temor a denunciar edades: “Se cumplen treinta años de 1984, cuando arrancamos juntos en Provincial, nos dirigía Burelli. Y ya había una especie de pacto para jugar un año juntos, sin presiones. Pero sabemos que después vamos a querer ganar, por eso ya estamos corriendo en la pretemporada”.
El gran clima es palpable, incluso en las bromas. “Hay uno que estaba haciendo natación últimamente y se nota porque no la mete ni en una pileta”, bromea el base.
Mientras, Albanese se lo toma con calma: “Soy y seguiré siendo un ex jugador. Es un gusto poder volver a jugar con amigos de toda la vida. Por ahora entreno y después el entrenador decidirá si estoy para jugar y ser útil. En noviembre de 2009 jugué mi último partido”.
Otro que salió del retiro de largos años fue Olivier. El tremendo tirador sigue con la mano caliente a decir de sus nuevos compañeros y encaró con alegría el desafío. “Me estaba moviendo un poco con los veteranos y los muchachos me invitaron a formar parte de este grupo. Va a ser importante dosificar los esfuerzos y que juguemos todos, tanto la gente del club como los que llegamos, siempre con buena onda, mucho respeto y tirando para el mismo lado, que es que a Ben Hur le vaya bien”, explicó.
Empieza a armarse un equipo que será la atracción de la Rosarina, al menos en las categorías de ascenso. Hay promesa de que la cancha de Ben Hur quedará chica para ver a estos Rolling Stones del básquet en un escenario.
“Es un honor acompañarlos”
“Para mí es un honor que me hayan elegido para acompañarlos en este año. Es increíble pertenecer a sus historias de jóvenes, de hombres y encontrarnos también en estos últimos años de sus carreras. Compartir esto con mis amigos, al margen del resultado final, es un premio”, cuenta el DT Pablo Menecier, quien dio el salto del equipo femenino al masculino para esta temporada y que tiene el desafío de juntar a los jugadores del club con este grupo de talentosos y experimentados: “Estará en mi habilidad como entrenador, pero también en la comprensión de ellos para aprender les toque lo que les toque jugar”.
“Luis, el Chino, Flavio y Juan son mis hermanos de la vida y quiero destacar también la grandeza y humildad de Andrés y de Pablo, que se pusieron al servicio del equipo. Siento que con ellos voy a intentar devolverle a Ben Hur todo lo que me dio en todo nivel, deportivo y humano”, cerró Menecier, tan entusiasmado con esta historia como sus amigos.