Comercios antiguos en la ciudad. Son muchos y hasta es difícil dividirlos por rubros. Así lo explica el historiador y docente Eduardo Guida Bria a El Ciudadano. Pero para traer al recuerdo algunos de los locales comerciales que dejaron huella en la ciudad relata la historia de sus primeros bazares, donde se podía encontrar de todo, como deja en claro el dicho popular.
Bazar Wolff y Schorr: primer gran bazar en Rosario
El historiador Eduardo Guida Bria cuenta que en 1897, los comerciantes Alfredo Wolff y Otto Schorr fundaron en pleno centro rosarino, Sarmiento y Córdoba, el primer gran bazar de la ciudad y del litoral.
Después de 53 años de actividad, la firma se trasladó al edificio de Sarmiento 778. En la ochava, hoy demolida, se levantó el edificio neocolonial de Casa Escasany, recordada relojería y joyería en su planta baja y con entrada a los departamentos por calle Sarmiento.
Su frente se distinguía por los relojes que marcaban la hora de distintas ciudades en el mundo. “Hoy es infrecuente este tipo de publicidades” sostiene Guida Bria.
El edificio donde estuvo el Bazar Wolff y Schorr ya no existe, fue demolido y la planta baja se convirtió en la Galería el Patio. El cine Arteón está en la planta alta, que fue modificada con azulejos que terminaron por ocultar los restos de la edificación. No todo, porque el pasado resiste y emerge en un balcón academicista, ejemplo del esplendor de la vieja época.
Productos desde 10 centavos: Gran Bazar Rosario
A sólo una cuadra, por calle San Martín al 857 y 863, se ubicaba el Gran Bazar Rosario. Tuvo un eslogan exitoso: “Desde la ínfima suma de 10 centavos hasta cualquier precio”. En su frente figuraba su teléfono: “2197 UT” (Unión Telefónica).
Bazar Manavella
Otro comercio recordado por muchos es el “Bazar Manavella”, que se ubicaba en la intersección de Córdoba y Entre Ríos, ochava sudeste.
Oriundo de Pujato, don Juan Manavella llegó a Rosario en los primeros lustros del siglo XX y trabajó como dependiente en un bazar de calle San Juan llamado “La Negra”. En 1921, inauguró el primero de sus negocios en San Martín entre Mendoza y San Juan, y mandó a llamar a tres de sus hermanos, José, Antonio y Lorenzo, para que colaboraran en el emprendimiento.
En 1932, en la esquina de Córdoba y Entre Ríos todavía existía en la misma ochava el Bar Café Confitería Biarritz. Los hermanos Manavella compraron el espacio, lo demolieron y construyeron un nuevo edificio que se inauguró el 21 de octubre de 1937. Por entonces, cuando no había casas de electrodomésticos ni de iluminación, ese bazar ofrecía una amplia gama de productos que iba desde bolitas, jabones y cubiertos hasta arañas, veladores y radios. Con el tiempo, sumó heladeras y televisores.
Manavella Vendió los primeros lavarropas “María” con motor nacional Czerweny (que luego, con la misma marca, comenzó a vender importados) y palanca arriba para centrifugado.
Mucha gente se agolpaba en la sección “Empaque” para observar cómo envolvían con papel madera los platos y los separaban entre sí con hojas de diarios. Luego ataban el paquete con “piolines” que sacaban de grandes ovillos dispuestos en la parte superior del mostrador. El Bazar Manavella cerró sus puertas en 1982.
Zamboni y Rey importaba con oficinas de compras propias en el exterior
Casa Zamboni era uno de los comercios más importantes de comienzos del siglo XX. Ángel Zamboni la fundó Es en 1894 con un primer local en calle Sarmiento 847. Su oferta abarcaba varios rubros, desde indumentaria para hombres y mujeres, elementos de blanquería y alimentos varios. Además, enviaba a otras provincias e importaba de varias ciudades donde tenía sus propias agencias.
En 1904, se asoció con Emilio Rey para formar el grupo Zamboni-Rey, con dos sucursales. Una estaba en San Martín 830, una edificación con gran cúpula que se veía a la distancia, y la otra en Córdoba 1063. Llegó a contar en 1910 con casi 200 empleados y 100 costureras que trabajaban en talleres de confección propios.
Ángel Zamboni falleció en 1919. El grupo inaugura en 1925 la entrega a domicilio con vehículos armados por la Fábrica de Carruajes de Napoleón Bravo (carrocera rosarina establecida en Sarmiento al 1800). Casa Zamboni ya se había convertido en un emporio comercial con 12 departamentos de venta: despensa, sastrería, bonetería, sombrerería, confección, modas, bazar, perfumería, camisería, zapatería, tienda y mercería. Estaban distribuidos en sus cuatro locales de Sarmiento 827, Córdoba 1035 y 1063 y San Martín 844. Además, tenía oficinas de compras en Nueva York, Londres, Milán y París.
En 1929 sufre un pavoroso incendio que destruye sus locales que se conectaban por el centro de manzana afectando a casas y comercios linderos desapareciendo para siempre.
Las vidrieras de Casa Cassini y el estilo parisino
Otro comercio de renombre en el centro rosarino fue Casa Cassini. Cuando uno transitaba por la esquina noroeste de Rioja y San Martín no podía dejar de mirar las vidrieras de la Casa Cassini. Su fecha de fundación fue el 5 de noviembre de 1910 por Roque L. Cassini y estuvo relacionada en los inicios con la venta de camisas, pero en realidad durante una época posterior se dedicó también a la venta de artículos del hogar. Se asociaría con el empresario J. Senac y dominarían la venta de artículos para hombres.
Al estilo de las mejores tiendas de París, tenía secciones de zapatería, trajes, regalos, juguetes, perfumería, confecciones, valijería y camisería. Don Roque Cassini se hizo cargo del empedrado con adoquines de calle Rioja para que los clientes no tengan problemas con sus vehículos debido al estado deplorable de la calzada. Los adoquines colocados eran de madera (1919). El comercio ofreció variedad y buen precio por más de 70 años. Primero, en la esquina de San Martín y Rioja, y luego en la de Córdoba y Sarmiento. Don Roque Cassini la dirigió hasta octubre de 1955.
Pronto supo sacar ventajas de contar con una red de agentes en el extranjero, que él mismo estableció en distintos viajes, y su oficina de compras en Buenos Aires. Su slogan era: “Siempre atenta a captar las inquietudes e iniciativas de los grandes centros creadores”.
La firma también tenía sucursales en Santa Fe y Córdoba. El empresario fundó, en las proximidades de Capitán Bermúdez, el barrio Cassini, y una fábrica de papel. En su homenaje fue inaugurada la galería que desemboca en Sarmiento 777.
Productos innovadores y únicos en Casa Travella
Otro comercio de prestigio fue, en esa zona, “Casa Travella”, que abrió el 11 de julio de 1852. Decía su viejo slogan publicitario: “Rosario era aldea todavía cuando nació Travella y compañía”.
La tradicional tienda se ubicaba en la esquina sudeste de Córdoba y Sarmiento, y sus propietarios lucían orgullosos el título de decana de los comercios rosarinos. Fue fundada por Lucio Travella, inmigrante italiano procedente de Lombardía, quien luego trajo a sus sobrinos Eugenio y José. Con la energía de ambos nació una de las firmas importadoras y exportadoras más importantes de la ciudad, con cinco establecimientos fabriles propios.
La sede de Sarmiento y Córdoba atraía a los clientes con un barquito en escala que coronaba la terraza. La Empresa Travella y Cía. se dedicaba también a artículos náuticos, es por ello que se emplazó la imagen recortada en metal de un barco a vela primero, reemplazado por uno a paletas luego.
El 13 de septiembre de 1885, Casa Travella puso a la venta una partida de bañeras mecánicas, con un novedoso sistema para baños de lluvia y duchas en tres temperaturas: caliente, fría y templada. Fueron las primeras en llegar al país. También incursionaron en otros rubros: bazar, sanitarios, artículos del hogar y, espués, artefactos a gas y eléctricos.
La cercanía del puerto y los altos niveles de construcción de la época alimentaron el crecimiento de la firma. Y como suele suceder, los negocios se mezclan con el amor, y Travella no fue la excepción.
La Favorita: pasado que revivirá en 2023
En la misma esquina, pero en la ochava sudoeste, se había instalado en 1897 “La Favorita”, de los hermanos asturianos Ramón y Ángel García. Los Travella de la casa homónima y los García mezclaron su sangre. Hubo amoríos y casamientos. Eugenio Travella se unió a Sara García, y Matilde, su hermana, se convirtió en la esposa de Aldo Travella.
La tienda reabrirá sus puertas nuevamente de mano de una nueva firma en el primer semestre de 2023.
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