La planta de compostaje y tratamiento de residuos ubicada en Bella Vista continúa incrementando su capacidad de procesamiento y producción. En las instalaciones del extremo sudoeste de la ciudad ya se generan 60 toneladas de compost por mes, provenientes de las 80 toneladas de residuos domiciliarios –2.400 mensuales aproximadamente– que ingresan a diario en el lugar. Lo importante es que tras realizar varios análisis físico-químicos y bacteriológicos del material final se detectó que era apto para su uso en lugares públicos por lo que ya se está utilizando para el “engorde” de la tierra en plazas, parques y lugares verdes pertenecientes al municipio.
La subsecretaria de Medio Ambiente del municipio, Cecilia Mijich, explicó a El Ciudadano que el material que se termina convirtiendo en compost sale en su totalidad de los residuos domiciliarios, de los contenedores verdes que están diseminados por toda la ciudad. “Hay una parte que sale de los residuos verdes, que son puros, pero por eso cuando se trata de los otros residuos, los orgánicos e inorgánicos, siempre se genera una cierta incertidumbre y es por eso que hicimos los estudios que terminaron dando aptos, lo cual es muy importante y nos permitió darle el uso que le estamos dando”, subrayó.
“Los estudios se realizaron de acuerdo a las normas preestablecidas por organismos nacionales e internacionales, como el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (Usepa), normativas europeas y autores especializados en la temática del tratamiento de fracciones orgánicas de residuos urbanos. Estos se vuelven a realizar mensualmente”, señaló.
“Esto permite la reducción de los volúmenes de desechos enviados a disposición final en relleno sanitario, que es una de las premisas de esta gestión municipal, objetivo que en 2014 se logró por segundo año consecutivo”, añadió.
El uso de lo producido viene generando un optimismo creciente por lo que la funcionaria destacó que el proyecto “es amplificar al máximo las posibilidades de la planta de reciclaje”. “Lo que queremos es llegar a las 200 toneladas por día. Hay que recordar que utilizables para el compostaje termina quedando un 15 por ciento del total del material porque gran parte se va perdiendo en el proceso físico-químico de degradación: se va mucho, por ejemplo, por evaporación, por lo que se pierde un alto porcentaje del volumen total. El 50 por ciento del total es lo que queda para fabricar el compostaje y de ahí lo que queda finalmente es ese 15 por ciento, por lo que estamos hablando de un proceso que hace disminuir significativamente la cantidad de residuos que se reciben”, remarcó.
De hecho, la planta, que comenzó a funcionar en octubre de 2013, viene aumentando gradualmente el procesamiento. Al cumplirse el primer año de su inauguración, en el inmenso galpón de 5.100 metros cuadrados que se alza en el predio de 35 hectáreas se procesaban 25 toneladas diarias de residuos domiciliarios. Ahora es el triple, pero todavía está lejos de la máxima capacidad para la que fue pensada, el procesamiento de 250 toneladas de “basura” al día, que a la vez es el tercio de lo que sale cotidianamente de los hogares rosarinos: 800 toneladas.
Con todo, pese al enorme volumen de compost producido, y a ser un fertilizante natural y eficaz, no puede entrar al circuito comercial. Ocurre que el complejo –único en su tipo en la Argentina y Latinoamérica– se construyó con una inversión de 20 millones de pesos, de los que la Municipalidad aportó 8 millones y la mayor parte provino de la Secretaría de Ambiente de la Nación y del Banco Mundial. Y la certificación de la calidad del compost y las autorizaciones para su uso están en manos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti).
“Por ahora sólo está autorizado lo que proviene de la lombricultura, entre otros recursos, para usarlo en huertas urbanas, por lo que lo que producimos nosotros no sería apto para esa área. Donde sí está permitido compostaje como el nuestro es en la floricultura. Así que, por lo pronto seguiremos usándolo para los parques y paseos de la ciudad”, indicó MIjich.
Cuando es visible que nada se pierde y todo se transforma
El compost, compostaje, composto o abono orgánico es el producto que se obtiene de compuestos que forman o formaron parte de seres vivos en un conjunto de productos de origen animal y vegetal. Constituye un “grado medio” de descomposición de la materia orgánica que ya es en sí un magnífico abono orgánico para la tierra, logrando reducir enormemente la basura. Se denomina humus al “grado superior” de descomposición de la materia orgánica. El humus supera al compost en cuanto abono, siendo ambos orgánicos.
El compostaje se forma de desechos orgánicos como: restos de comida, frutas y verduras, aserrín, cáscaras de huevo, restos de café, trozos de madera, poda de jardín (ramas, césped, hojas, raíces, pétalos, etcétera). La materia orgánica se descompone por vía aeróbica o por vía anaeróbica. En definitiva, se llama “compostaje” al ciclo aeróbico (con alta presencia de oxígeno) de descomposición de la materia orgánica.