Un pop corrido de registro que al mismo tiempo que transita la new wave lo hace con el trip hop y un grunge actualizado es el que aparece en Lapsus, cuarto disco de Zero Kill, la banda de Benito Cerati, acompañado en vivo por Alfredo García Tau en guitarras, Clara Rodríguez en bajo, Diego Korenwaser en teclados y Pedro Bulgakov en batería, que este viernes vuelve a Rosario para ofrecer un show en la Plataforma Lavardén, un poco su casa, junto a los locales de Muñecas.
Claramente en una nueva etapa empírica estético-sonora que sigue a #UNISEX, donde el grupo dejó de lado sus inicios electrónicos, Lapsus es un disco más oscuro, casi gótico, más contemplativo del presente que atraviesa el mundo y el propio Benito a sus 27 años, con una lírica más madura, crítica y al mismo tiempo romántica, que abre con el poderoso, áspero y mayoritariamente incidental “Aurora” y cierra con el casi testimonial “Ya fue todo”, transitando nueve cortes, varios de ellos compartidos con otros artistas.
El olvido significativo
“El nombre Lapsus lo pensé desde lo psicológico, que viene de la idea del olvido significativo; es ese momento en el que te olvidás de algo pero en realidad no te lo olvidás porque significa algo; nuestra cabeza decide olvidar algunas cosas por alguna razón, hay que estar atento a eso. El del lapsus es un silencio que vale mucho, que dice mucho”, adelantó el músico acerca del concepto y del nombre del nuevo material que va en contraposición con el disco anterior.
“El material anterior era pura verborragia, ideas y pensamientos; este es más silencioso, oscuro y contemplativo. Igual hay otras cuestiones por la que le puse ese nombre al disco: estamos viviendo una etapa más oscura, una situación global que no es sólo de ahora sino que lleva años; hay cosas que uno tiene cerradas y olvidadas y parece que la sociedad nunca termina de olvidarlas del todo. La humanidad está viviendo un paréntesis medio extraño. Eso a nivel social, y en lo personal, uno tiene que caer para poder saber qué es estar arriba, porque si estás todo el tiempo arriba quizás no lo valorás nunca. Cuando la vida te pega un par de cachetadas, es en esos momentos más oscuros donde se aprenden algunas cosas importantes. Este disco es una celebración a todo eso”, sentenció Benito con notable claridad y sentido.
Luego de presentar los singles “Santa Fe” junto con Marilina Bertoldi y “¿Cuánto más soportás?” con La Maurette, recientemente, se conoció la obra completa, que suma otras colaboraciones como las de Hilda Lizarazu, Richard Coleman, Paula Maffia, Lucy Patané, Sobrenadar, Hein Qui y Marina Fages, según Benito, “la gente que me acompaña y me rodea; gente creativa, pero sobre todo gente buena. Es esa gente que cuando estás abajo te ayuda a salir”.
Desde las disonancias
En el contexto de un disco que de lo bailable pasa a lo dark y en su derrotero vuelve a encontrar la luz, con una serie de videos rodados en blanco y negro, influenciados por el cine de terror de otros tiempos donde, de algún modo, “se relata el proceso de purificación de demonios internos exteriorizándolos”, se destaca en el material disponible en plataformas digitales “$$$ (Dame Má$)”, junto a Marina Fages, que según el músico, “plantea una crítica al mundo del consumo, a ese estilo de vida del exceso y de la lujuria, al mundo de la ostentación; y al mismo tiempo es un tema súper bailable. Me gusta jugar con esas disonancias entre la lírica y la música. De todos modos, este disco tiene los temas más románticos y más positivos de toda mi carrera, como «Cerca» y «Ya fue todo», que más allá de que son dark también reflejan eso que uno encontró en ese lugar oscuro que es lo que te saca para arriba”, planteó.
El desafío conceptual
En un mundo casi sitiado musicalmente por lo latino y los sonidos urbanos, la propuesta de Zero Kill rompe radicalmente con esas consignas y se acerca a la experimentación y a los desafíos estéticos, con una lógica que evoca al primer Bowie, de hecho, Benito, su líder, juega con esa misma ambigüedad. “Lo que hago no va en contra de nada; tampoco estoy haciendo lo mismo que cuando empecé a hacer música y era muy chico. Es una cuestión lúdica, un poco de juego conmigo mismo. Eso es lo que me nace y le doy mucha bola a las cosas intuitivas. Me interesa saber por qué algo me atrapa y qué parte de mi personalidad estoy tratando de descubrir en relación con eso. Y si hablamos de Bowie, me interesó siempre estéticamente; porque además si algo nos gusta mucho, nos sentimos reflejados con algo o con alguien, es entender que somos un poco eso, nos estamos encontrando en otros y eso es algo que me pasó con Bowie y con varios artistas más, donde veo reflejada un poco mi identidad”, dijo el artista.
Y profundizó: “Un poco así me fui armando, encontrando cosas que me representan. Desde que arrancó la banda, tengo un camino marcado, metas que quería lograr, sobre todo en relación con qué música hacer y no con adónde llegar”.
El músico habló también acerca de los procesos de la banda, cuyo camino arrancó en 2013: “Creemos que en la banda hay un crecimiento, particularmente en relación con la concreción de ideas. Cada disco tiene como una evolución y va por otra cosa; ése es un camino”.
Y respecto de lo diverso que atraviesa toda su producción, destacó finalmente: “Todo lo que pasa después parte de la música, me gusta mucho cuidar eso, me gusta pensar en un género y transitarlo para saber de qué estoy hablando. Me fascina conocer las historias de las cosas porque además sirve para quitarnos prejuicios, incluso con los géneros más populares que siguen siendo bastardeados. Todo viene de un lugar, generalmente del dolor; la cultura pop es todo sufrimiento aunque no lo parezca. Hay mucho sufrimiento y mucho morbo con un paquete lindo”.
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Para agendar
Zero Kill y los locales de Muñecas se presentan esta viernes, desde las 21, en el escenario del Teatro de la Plataforma Lavardén, de Sarmiento y Mendoza. Las entradas se compran en http://www.abiertoalcielo.com.ar.
