Alemania conmemoró ayer el 50 aniversario de la construcción del Muro de Berlín, a través de diversos actos en los que participaron la canciller Angela Merkel y el presidente Christian Wulff. El acto central tuvo lugar en la emblemática calle Bernauer de la capital alemana, donde el 13 de agosto de 1961 miles de soldados de la extinta Alemania Oriental (RDA) comenzaron a construir el Muro que dividiría la ciudad y el mundo durante 28 años.
“Una vez más quedó demostrado, al final la libertad es invencible”, afirmó el presidente Wulff ante cientos de personas y autoridades, incluyendo a la canciller Merkel y el ministro de Cultura, Bernd Neumann.
El mandatario centró su discurso en el recuerdo de las al menos 136 personas que murieron al intentar cruzar a occidente y en los millones de ciudadanos que vivieron atrapados en el entonces Berlín oriental, hasta la caída del Muro el 9 de noviembre de 1989.
“Su recuerdo nos exige trabajar para que la historia no se repita”, instó Wulff, que elogió las ansias de libertad que hicieron posible el fin de la división, “el Muro no cayó, el Muro fue derribado”, sentenció.
Merkel no pronunció ayer discursos, pero en declaraciones pidió también “no olvidar nunca el 13 de agosto de 1961 ni el sufrimiento que esa fecha produjo a millones de personas”.
La canciller demócrata cristiana, que pasó su infancia en una pequeña localidad de la ex Alemania Oriental, relató su vivencia personal en 1961.
“Yo tenía siete años, pero recuerdo el horror que la construcción del Muro desató también en mi familia”, recordó Merkel. “También nosotros fuimos separados forzosamente de nuestras tías y nuestros abuelos”.
“La injusticia de la construcción del Muro nos insta a seguir actuando en todo el mundo a favor de la libertad, la democracia y los derechos humanos”, añadió.
Pese a recordar el momento de su infancia en que la división alemana separó a su familia, Merkel consideró “aun más inolvidable la felicidad que trajo la caída de la horrenda construcción, el 9 de octubre de 1989.
“Esta experiencia trajo a mi vida y a otras millones un cambio para bien. Siempre me seguirá orientando”, concluyó Merkel.
El acto de conmemoración tuvo lugar en la misma zona por donde pasaba la llamada franja de la muerte, el tramo de terreno fronterizo vigilado por torres de control, minas, perros y diversos mecanismos de seguridad para evitar la fuga hacia el oeste.
La zona incluyó, ayer, un espacio en recuerdo de las víctimas y un largo fragmento de Muro, junto al que muchas personas fueron depositando coronas florales durante el día.
Los recuerdos por el medio siglo del “Muro de la vergüenza”, como se lo llamó en occidente, comenzaron a medianoche en la capilla de la reconciliación, también ubicada en la calle Bernauer, con la lectura de las biografías de las víctimas del Muro.
A mediodía se mantuvo en toda Alemania un minuto de silencio y las banderas ondearon a media asta. En Berlín sonaron las campanas de las iglesias, y los autobuses y trenes pararon durante un minuto.