Cuando regresó en 2009, Lucas Bernardi no imaginó que podía seguir tanto tiempo dentro de una cancha. En aquel momento, el volante sólo buscaba ayudar a la Lepra desde adentro y cumplir el sueño de terminar su carrera con la casaca de Newell’s, aunque era toda una incógnita cómo iba a responder su rodilla. Hoy, cuatro años después, tras buenas y malas, el capitán leproso renueva sus ilusiones y asegura que el esfuerzo vale la pena.
“Cuando tenés 34 años es mucho mayor el esfuerzo, pero trato de disfrutar porque sé que no habrá muchas pretemporadas más. Para mí es un desafío personal mejorar día a día. Uno se pone metas. Terminar bien una pretemporada me levanta la autoestima. Y las motivaciones para seguir las encuentro en mi familia”, aseguró Bernardi tras una mañana exigente en el complejo Polo Resort de Open Door.
—Se te nota más tranquilo, disfrutando de la pretemporada…
—Más tranquilo que el semestre pasado. Cuando terminás un torneo de buena forma, arrancás más tranquilo. Pero a medida que se acerca el nuevo torneo y te das cuenta de los puntos que debés hacer, las expectativas aumentan y empieza a aparecer la inquietud de saber que debemos sumar mucho.
—¿Cómo se afronta el torneo sabiendo que los promedios van a apretar?
—Hay que ver cómo se termina de conformar el plantel, pero la idea es encarar las cosas con la misma responsabilidad que lo hicimos el torneo pasado. Sabemos que no podemos errar y los rivales son difíciles, pero eso no cambia que siempre salgamos a ganar. Intentaremos sumar puntos rápidamente para tener un poco de tranquilidad. Si perdemos la confianza, será difícil sumar.
—¿Mantener la base y sumar refuerzos de nombre te ilusiona en poder pelear por algo más?
—De los refuerzos no se puede decir mucho hasta que estén. Mantener el entrenador y la base del equipo son puntos importantes a la hora de afrontar un torneo. Después podés ganar o perder, pero siempre ayuda que no haya tantos cambios. Lo fundamental será consolidar una idea de juego que ya está visto nos puede dar buenos resultados.
—¿Plantearse un objetivo de puntos es la mejor forma de encarar un torneo donde los promedios apremian?
—Plantearte un objetivo es una forma de saber dónde estás parado. Nosotros sabemos dónde arrancamos y también cómo terminamos. El torneo pasado arrancamos con un objetivo, lo cumplimos, después apareció otro y no nos alcanzó. Pero tenemos claro hasta dónde debemos llegar para no tener inconvenientes. Si no cumplimos ciertos objetivos, la vamos a pasar mal, eso es una realidad. Pero las cosas llegan solas, uno no puede pensar en el final cuando todavía no jugó el primer partido.
—¿Hay que apuntar sólo a zafar del descenso o se puede pensar en algo más como el torneo pasado?
—No podemos creernos lo que no somos. Hay que tener expectativas, pero también debemos ser muy claros en nuestras obligaciones. La mayor claridad de ideas nos permitirá mayor tranquilidad a la hora de salir a la cancha.
—¿Los puede condicionar un poco más que se haya sumado un descenso y no existan más las promociones?
—No. La obligación nuestra será sumar. Los promedios siguen, tal vez te puede condicionar un poco más que se haya sumado un descenso, pero hay 38 fechas por delante y, como sucede siempre, se va a definir en las últimas fechas, con los nervios lógicos. Seguramente habrá que pelearla hasta el final.
