Lucas Bernardi vivió una situación incómoda el domingo ante Vélez. Promediando el primer tiempo, hizo rápido un tiro libre cerca de la línea lateral que salió del campo de juego. Eso despertó el reclamo airado de algunos plateístas con los que el volante leproso se cruzó. Pero la cosa no terminó ahí. Cuando Carmelo Valencia empató el partido a tres minutos del final, Bernardi salió disparado hacia la platea este a gritar el gol efusivamente.
Ayer, más tranquilo, reconoció que “la persona superó al profesional” y pidió disculpas a quien se sintió ofendido por su reacción. También aclaró que no se debió sólo a lo que sucedió ayer con los hinchas y reconoció que “todo el tiempo” se replantea continuar en la actividad profesional.
“Fue una situación fea, que no me había tocado vivir y que no me gustó pasar. No tuve una buena reacción como profesional, fue más personal y sentimental por cosas que tenía adentro. La persona superó al profesional y tuve una reacción por la que pido disculpas a las personas que se hayan ofendido o que no lo hayan tomado bien. No lo pude controlar, es algo que me salió, tampoco hice algún gesto y no agredí a nadie. Grité el gol como hacía muchísimo tiempo que no gritaba. Son cosas que no tengo que hacer como profesional, pero en ese momento el profesional quedó de lado y estaba jugando lo que yo sentía en ese momento”, argumentó Bernardi ayer en el complejo Bella Vista.
—¿El disparador fue una acción del partido?
—Fue eso y muchas otras cosas que me han tocado vivir en este último tiempo. Justas e injustas, cada uno lo puede tomar como quiera. Pero que se fueron juntando, acumulando, situaciones personales, mentiras, cosas que me han dicho. Son las reglas del juego y ayer (por el domingo) no pude cumplirlas porque tuve un sentimiento y pasó lo que pasó.
—¿Son situaciones que te hacen replantear tu futuro?
—Sin dudas. El replanteo es constante, está siempre, pero es parte de esto. Es muy personal, no creo que a nadie le interese si me replanteo o no las cosas, si lo analizo o no. Sé lo que pienso, que hay cosas que te marcan, lamentablemente pasó. Hay que seguir poniéndole el pecho a la situación. Me enseñaron a poner la cara en los momentos difíciles y lo sigo haciendo porque así tiene que ser, porque no me puedo esconder en un momento como éste.
—Cuando renovaste el contrato dijiste que jugabas un año más y adelantaste que después ibas a seguir vinculado al club….
—(interrumpe) Tampoco vamos a hacer un mundo de esto. Aparte, no fue todo el estadio. Si hubiera sido así, no hay dudas de que no estaría acá. Son cosas que el tiempo ayudará a definir. Hoy pienso que tenemos que salir a la cancha en dos días (por mañana). Lo que me pasa a mí es totalmente personal y no hay que mezclarlo con lo futbolístico ni con lo institucional.
—¿Sentís que los reclamos hacia vos son sólo por la cuestión futbolística?
—No sé, fue una reacción del partido y listo. Cada uno tendrá sus motivos, yo tengo los míos. No le puedo preguntar a cada uno por qué es. No lo puedo saber. Posiblemente haya distintas razones. Lo tomo como una situación del partido y nada más. Y yo tengo que poner la cara, lo más fácil sería decir “chau, hasta luego” y no hablar. Pero no soy así, no lo hice nunca y menos ahora.
—Rápidamente recibiste el apoyo de tus compañeros y de los dirigentes.
—En este grupo, pese a la diferencia de edad, tengo el respeto y la amistad de algunos. El apoyo está, es lo más importante y lo que yo me llevo de estos dos años y medio. Me pone contento eso, el apoyo de las personas que me llamaron después del partido. Con eso me alcanza. Esto es por prestigio, por dignidad. Los grupos se hacen ganando los domingos en la cancha, donde ponés el pecho por tus compañeros. Eso es lo que cuenta.
—¿Qué análisis hiciste del partido?
—No tengo el partido en mi cabeza. Fue una tarde muy triste para mí. Había cosas mas importantes en mi cabeza para analizar que el partido en sí.
—¿Y de los ocho puntos que tiene el equipo hasta ahora?
—Que no está bien, no es el puntaje ideal ni lo que esperábamos ni los que merecemos tener. Pero eso no cuenta, la realidad es el puntaje que tenés, lo que vos mostrás en la cancha, más allá de que mucho de los rivales que están arriba jugaron con nosotros y estuvimos a la altura de ellos. El único que nos ganó es Boca. Nos deja tranquilos eso, pero intranquilos lo otro, que no podemos marcar la diferencia sobre el rival. Nosotros miramos las dos realidades: advertimos lo malo, pero nos apoyamos en lo bueno. Tenemos que ganar, es verdad, pero también debemos seguir el camino que muchas veces y por muchos minutos encontramos en la cancha.