El secretario de Seguridad, Sergio Berni, afirmó esta mañana que en la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman se «aleja la teoría del suicidio» ya que hay «muchos interrogantes», al tiempo que habló de «una gran operación contra el Gobierno» nacional.
«La teoría del suicidio se aleja. Por lo menos merece un mayor esfuerzo investigativo. No se puede caer en el simplismo del sentido común y decir fue un suicidio. Hay que investigar un suicidio, si ese suicidio fue inducido o no o si fue un homicidio», dijo Berni.
En declaraciones a la radio La Red, subrayó que «cuando la fiscal (Viviana Fein) pone en duda el suicidio todos dijimos que está muy bien».
«A medida que va pasando el tiempo, todo el mundo entiende que esto fue una gran operación en contra del gobierno. Si se confirma que al fiscal lo mataron y no se suicidó evidentemente el volumen que se le dio a través de la falsa denuncia o de los falsos datos que intentaron darle al fiscal (para imputar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner) tiene que ver con darle volumen después de su muerte», enfatizó Berni.
Por otra parte, el funcionario reiteró que cuando llegó al departamento de Nisman en el lugar se encontraba la madre del funcionario y le dijeron que el fiscal estaba muerto.
«Hablo con la madre, cuando termino de hablar con la madre me doy vuelta y estaba el juez (Manuel De Campos). Nos quedamos ahí esperando a la fiscal. Imagínese el cuadro cuando uno entra en el dormitorio a la madre, su hijo probablemente muerto en el baño, a uno lo descoloca», señaló.
Berni dijo que le indicaron que un médico de la empresa Swiss Medical había señalado que Nisman estaba muerto pero sin ingresar al baño donde se encontraba el cuerpo.
Subrayó también que el profesional, según le dijeron en el momento, no emitió «certificado de defunción» y se quejó de que se trataba de un manejo poco profesional.
«No puede certificar la muerte mirándolo», se quejó Berni, quien indicó que ante esa situación la fiscal Fein decidió comenzar los peritajes en el baño, con personal de policía científica que introdujo cámaras para comenzar a tomar imágenes.
Afirmó que luego llegaron médicos del SAME y que «la fiscal le dice que esperen» y luego «la fiscal autoriza que se vayan» esos profesionales.
Por otra parte, Berni evaluó que es «clave» el testimonio de Diego Lagomarsino, la persona que le llevó un arma al fiscal Nisman en sus últimas horas de vida.
«Este señor Lagomarsino no era una persona orgánica de la fiscalía, cobraba 40 mil pesos, era de informática, aparentemente tenía una gran relación con el fiscal», dijo.