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Bersuit regresa a su postura crítica de los 90

La banda editó un disco que le pone palabras a un duro presente que pide contención cultural.

Aggiornados a un presente donde urge cierta contención cultural frente a una realidad social crítica –declarada explícitamente desde el gobierno nacional, en los últimos meses–, Bersuit Vergarabat editó La nube rosa, un nuevo disco que, según definió Alberto “Tito” Verenzuela, uno de sus guitarristas y cantantes, “afirma un cambio de paradigma” de la banda y ratifica, desde lo discursivo, la postura crítica con la que el sexteto se popularizó en la década del 90.

Junto con la celebración de sus 28 años de trayectoria en la música, el sexteto apuesta en este trabajo a explorar “lo nuestro desde varios flancos y aspectos de la vida”, añadió Verenzuela, y adelantó que se prepara la presentación oficial del material, por primera vez en un teatro, para mediados de mayo.

“Como las cosas cíclicas vuelven a tomar significado, nos pasó con las canciones con las que la gente se sacaba los pelos en los 90”, analizó y se preguntó Daniel Suárez quien junto con Germán Sbarbati (voces y coros), Verenzuela, Juan Subirá (teclado, acordeón y coros), Carlos Martín (batería, percusión y coros) y Pepe Céspedes (bajos, guitarra y coros) vienen de tocar frente a una multitud en el último Cosquín Rock.

“Lo veo como un retroceso a épocas que personalmente sentía que ya se habían superado. Lo relaciono directamente con la década del menemato, donde el neoliberalismo pudo plasmar una forma de ver el país y el mundo, con las privatizaciones y una serie de cosas que empezaron a dejar gente fuera del sistema. Lo que se está viendo en estos meses de gobierno es más o menos lo mismo: despidos por todos lados, al principio en las instituciones del Estado, después en el sector privado y, por último, en todo el sistema porque cuando dejás a la gente afuera se genera una sequía general. Creo que se van a venir tiempos difíciles para todos”, consideró Sbarbati.

El nuevo disco es, como los anteriores de la banda, un trabajo armado colectivamente entre todos y, según Suárez, “muy equilibrado”.

“Cada una de las cosas te muestra un lugar oscuro y un lugar claro, eso de tener un germen de luz metido en la oscuridad y uno de oscuridad metido en la luz, genera un equilibrio en las canciones”, destacó el cantante.

La estética de La nube rosa se recuesta sobre ese equilibrio: entre las trece canciones figura “Corazonada” u “Obstinato”, donde la letra gira en torno de otro oasis donde refugiarse, o “El Taparrollos” y “No vengan”, en las que los músicos se identifican firmemente con una postura.

“Este álbum nos encuentra, de alguna manera, maduros pero también con la cabeza más clara, más abierta y con la lluvia de música que fluye siempre y que termina grabando un disco. La experiencia sirve”, agregó Suárez, sobre el nuevo trabajo de estudio.

“Cumplimos 28 años de carrera así que estamos en un momento maravilloso y lo mejor es poder subsistir. Para una mujer, esta es la mejor edad, así que estamos en nuestro momento más femenino”, dijo Sbarbati, con humor.

“Es el momento de sembrar flores y luminosidad, sea desde la alegría, sea desde la historia cotidiana, sea desde el encierro o desde el vacío existencial. Estamos construyendo de una manera integral flores de existencia, vida y este es un disco de mucha vida. Es un disco honesto en el que podemos explorar y plasmar lo nuestro desde varios flancos y aspectos de la vida. Este disco afirma un cambio de paradigma”, manifestó Verenzuela sin vacilar.

Con casi tres décadas de historia a cuestas, el proceso productivo de la banda no parece estar definitivamente reglado. Es más, para Verenzuela es un proceso muy ecléctico y dinámico: “Hay mucha naturalidad, puede pasar que uno ponga la música y otro la letra. Somos dos, o tres o cuatro o somos todos. «Aquí estamos« (canción de La nube rosa) es una canción colectiva. De todos modos siempre gana lo colectivo y siempre está abierta la posibilidad, desde cada uno, de poder aportarle brillo a la canción para que se exprese y exija”, dijo en relación con la dinámica compositiva del grupo.

Una foto que plasma un momento de conexión

Consultado por la imagen de portada del disco La nube rosa, Subirá contó que nació de un momento muy particular. “El daño interior de muchos años de viaje trajo eso (risas)”, comenzó bromeando pero, más tarde, confió: “Nunca en mi vida saqué una foto, pero en ese momento me había comprado un Ipad y estaba muy expectante en el ventanal de arriba de un micro. Estábamos yendo para Villa Pehuenia y se presentó esta imagen. Le pude hacer unas diez fotos seguidas y cuando las vimos conectó directamente con el concepto del que habla La nube rosa”.

En relación con la significación que quisieron resaltar con la portada, el baterista Carlos Martín dijo que tiene que ver con un estado: “Con una situación de conexión. Lo relacionamos con el estado en el que está el observador. En las diez fotos de Juan se vio el proceso de cómo se fue delineando ese rostro hasta que apareció la foto de la portada. Era insuperable como imagen y nos pareció que había que compartirla con el resto del mundo”.

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