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“Bestiario remixes”, la reinvención de Jimmy Club

La formación rosarina lanzó un disco en el que otros artistas locales versionan los temas que integran su segundo material de estudio. Martín Míguez, vocalista de la banda, cuenta los detalles de esta relectura de sus canciones

La formación rosarina Jimmy Club lanzó de manera digital el disco Bestiario Remixes, un material que reúne versiones realizadas por otros artistas locales de las canciones que integran su elogiado segundo disco de estudio. En el CD, que está disponible en las principales plataformas de música vía streaming, se puede escuchar el trabajo de L’Aivan, Pastachuli, Fermín Sagarduy, Fede Baronio, Javi Utah, Vico Soul y Marcos Mosca sobre las composiciones que el año pasado dio a conocer la banda que integran Martín Míguez en guitarra y voz, Lucio Sánchez en teclados, Francisco Álvarez en guitarra, Matías Bolzán en bajo y Serafín Treizième en batería. “Es una reivindicación de lo que fue el disco”, dijo el vocalista.

La sorpresa

“Estuve escuchando el disco. Me pareció tremendo. Me gustaría hacer el remix de una canción”, le dijo Fede Baronio a Martín Míguez. Los dos músicos estaban en la sala de ensayo Varèse. Acababa de salir Bestiario de Jimmy Club, la banda en la que Míguez es vocalista y guitarrista. La primera sensación fue de sorpresa, pero le dijo que sí. “Te paso la pista”, le aclaró. Algunos días después Iván Jiménez, conocido como L’Aivan (uno de los músicos de la banda local Gay Gay Guys), hizo una propuesta similar. A Iván le había gustado el tema “Flor de loto”.

Con la sensación extraña de que el disco haya generado en colegas las ganas de hacer reversiones, Míguez se lo contó a sus compañeros de banda y juntos decidieron que podía ser un nuevo disco. Así nació Bestiario Remixes una especie de Lado B del segundo disco de esta formación en claro ascenso en la ciudad.

“Ahí empezamos a convocar gente, a productores y productoras de música electrónica. Hicimos un seleccionado de seis o siete personas. Les tiramos la propuesta, y se re coparon”, relató el músico.

En el material figuran, entre otras, Victoria Chairo, conocida como Vico Soul (Rosedal) y Marcos Mosca (Kif4Kroker). Ellos fueron convocados por la banda. “Cada uno decidió cuales eran las canciones que iban a trabajar. Se terminó dando que «Flor de loto» está repetida. Una versión más house, la otra más electrónica, más de los noventa. Me gustan las dos y está bueno que se haya dado eso. Me recuerda al disco de Babasónicos Jessico Megamix, que también tiene un par de versiones de las mismas canciones, creo que hay dos o tres de «Los Calientes», por ejemplo. Se fue dando así”, contó Míguez.

“Les dimos rienda suelta a que hagan lo que quieran con las canciones”, aclaró el guitarrista quien al ver versionadas esas canciones que tanto trabajo de producción y arreglos les había llevado le costó procesarlo. “Cuando tenía todo el disco masterizado, que es un trabajo que hicimos con Fermín Sagarduy, con quién somos amigos y fue uno más en el proceso, él me dijo que era re loco que a tanta gente le haya gustado nuestro disco como para que hicieran su versión propia. Fue muy fuerte. No había tomado dimensión de eso hasta que me lo dijo. Fue un proceso que me puso muy contento y que repetiría”, apuntó.

Canciones con otra ropa

En el proceso de grabación de Bestiario, Míguez estuvo muy involucrado. “Pensamos mucho cómo queríamos que fuera cada canción, desde el trabajo de la producción entre la banda y Diego (Savioli) que aportó un montón de ideas. Hice a las veces de productor del disco”, contó. Entonces la salida de Bestiario Remixes fue un gran desafío. “Yo creía conocer todos los secretos de cada canción. La verdad es que me encontré con muchas sorpresas, con subjetividades distintas. El remix de «Jardines colgantes» lo hubiera llevado por otro lado, por ejemplo. Para una onda más urbana, mas trap. Y me sorprendió que no usara los vientos que estaban en el tema original. Y Javi (Utah) hizo una versión con dos canciones, una especie de suite que la verdad me sorprendió muchísimo. Es el tema más disruptivo del disco”, contó Míguez.

“Mi subjetividad está plasmada en la obra, pero la misma obra para otra persona es otra cosa”, reflexionó y aclaró: “Esa diversidad de subjetividades fue el desafío que me planteó este disco remix. Los lugares a los que los llevaron las canciones en su propia subjetividad. La esencia se mantuvo de nuestra subjetividad a la de los remixadores”.

Es que, sin ser una obra conceptual, Bestiario cuenta un proceso muy personal. “El disco está narrado como una forma de salir de la depresión. En ese universo, después del enojo (que puede escucharse en los primeros cinco temas del disco) viene el momento más crítico, de mayor oscuridad, de tristeza, de desesperanza con «Péndulo» y después «Bestiario» con el que la emoción empieza a subir. Javi unió «Péndulo» y «Carrusel», la canción que viene después de «Bestiario» y que representa el deseo de una vida más libre, dejando atrás un montón de cosas que te atan. Entonces sintetizó esa oscuridad y esa transición hacia la luz, dejando todo el manifiesto del final. Realmente me pareció que dijo algo, que entendió que es lo que está representado en esa canción y el proceso de transición que hay desde «Péndulo» a «Carrusel»”, ejemplificó Míguez.

Una escena que gana espacio

En el relato del disco, de las versiones, de la interacción se escuchan nombres, sellos y bandas. Se trata de lo que en algún momento fue denominada la escena Indi local. “Existe una escena autogestiva que es cada vez más grande y está en ánimos de seguir creciendo y de convocar cada vez más gente”, explicó Míguez. “El año pasado se hicieron muchos festivales, ahora no se puede por la pandemia, pero en esos encuentros hubo un grupo de entre 10 y 20 bandas que comparten un público, si bien cada una tiene sus seguidores específicos. Se genera cierto sentido de pertenencia. Lo llaman Lo Indi, pero se va perdiendo esa idea. La música está tendiendo a perder todo tipo de dogma, al menos yo entiendo que debería ser así”, apuntó.

“Durante mucho tiempo quienes tenían el poder de la difusión de la música limitaban un poco los conceptos. Creo que se está perdiendo eso. Se dan fusiones de géneros. Se trata de laburar de una manera mucho menos dogmática. Llevar a la canción donde te lo pide. La obra tiene vida y en su concepción tiende a querer desarrollarse para algún lado. Para mí el arte tiene vida propia, te lleva para un lugar que no tiene que ver con tu subjetividad o tu ego. Es una dicotomía que se plantea en la gente que produce. Yo tengo esa dicotomía adentro y elijo ir por donde va la canción”, confesó el compositor.

A partir de la generación de movimientos u organizaciones como el MUG (Movimiento Unión Groove) o el colectivo de artistas multidisciplinario Nucléo, la escena comenzó a crecer, se armaron encuentros en los que intercambiaron ideas y el público pudo conocer nuevas propuestas. “En la escena hay unidad, pero es difícil para nosotros pasar a otro plano. El desafío es ampliar el público. Hay mucha producción. En la escena están las bandas del MUG, de funk, algo más ameno para el baile y el encuentro; con artistas increíbles. Y por el otro lado está el mundo más de la canción, más cerca de Babasónicos que de Miles Davis”, aclaró.

Bestiario Remixes es para los músicos de Jimmy Club, una forma de que su segundo disco llegue a otros oídos. “Que su mensaje, su estética y su arte llegue a personas que consumen otro tipo de música. Y corroer desde adentro, infiltrarse en otro circuito. Algunas de las canciones van a sonar en alguna pista de baile. Es una forma de infiltrarse en una fiesta, donde no sonaría nuestra música”, contó y confesó: “El desafió esta en pasar al mainstream y que realmente seamos las bandas que representemos a Rosario a nivel nacional. Eso no es fácil”, concluyó.

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