La historia se vuelve a repetir. Desde Europa llegan los saqueadores como en aquellos tiempos de la conquista de América, África y Oceanía. En esos tiempos se llevaban materia prima, riquezas y hasta personas de todas las edades para esclavizarlas. Ahora un buen tiempo después, el saqueó es deportivo, gracias al poder económico los clubes Europeos se llevan a los mejores talentos del rugby del Hemisferio Sur a sus ligas. Las franquicias del Súper Rugby no tienen como competir, salvo contadas excepciones en Nueva Zelanda y Australia, el resto no puede, ni siquiera ante la negativa de jugar para el seleccionado nacional frena el éxodo.
Jaguares no es la excepción, en 2018 sufrió la partida de Nicolás Sánchez. El apertura fue la figura de la franquicia y parte fundamental en Los Pumas. Luego de Japón 2019 emigrarán: Pablo Matera (Stade Francais), Martín Landajo y Santiago García Botta (Harlequins) y Tomás Lavanini (Leicester).
La UAR firmó la semana pasada las renovaciones de Matías Moroni, Gonzalo Bertranou y Julián Montoya. Hasta el momento renovaron: Agustín Creevy, Tomás Cubelli, Jerónimo De la Fuente, Joaquín Tuculet, Guido Petti, Matías Orlando y Javier Ortega Desio.
Sin firmar quedan: Ramiro Moyano, Santiago González Iglesias, Joaquín Díaz Bonilla, Nahuel Tetaz Chaparro, Enrique Pieretto y Juan Manuel Leguizamón, cuyos contratos vencen en 2019.
Sin la UAR atraviesa dificultades para poder retener a sus mejores valores, en Durban deben estar caminando por las paredes pensando en 2019.
El año pasado perdió a su apertura Robert du Preez, quién dejo a los Sharks sudafricanos para unirse a Sale Sharks de Inglaterra, que ya tenía fichas a los sudafricanos: Jono Ross (ex Bulls), Faf de Klerk y Rohan Janse van Rensburg (ambos ex Lions). Pero esto no queda ahí, la franquicia de Durban perderá para la próxima temporada a: Akker van der Merwe (hooker), Coenie Oosthuizen (pilar izquierdo o derecho) y ayer se conoció que los gemelos y hermanos de Robert: Jean-Luc & Dan Du Preez de 23 años, también emigrarán a Inglaterra porque firmaron por tres temporadas en el club en el que milita su hermano mayor. Además, el equipo inglés con sede en Manchester fichó a Lood de Jager, quien deja Bulls. Sale Sharks tendrá en su plantel a nueve sudafricanos, una verdadera filial de rugbiers provenientes de la tierra de los Springboks.
Bulls es otro que también sufrió el saqueo, a De Jager lo sigue Handre Pollard. El joven apertura jugará en Montpellier de Francia. Pero los de Pretoria actuaron rápido y repatriaron a Morne Steyn que dejó París.
Y estos son algunos ejemplos, en Nueva Zelanda y Australia, los equipos también están sufriendo el éxodo de sus mejores valores, que hasta hace un tiempo esperaban jugar uno o dos Mundiales y luego partir, pero ahora las ofertas económicas son muy importantes y hacen dudar a más de uno.
Semanas atrás antes de disputarse el clásico de París entre Stade Francias y Racing 92, Hans Peter Wild, propietario de Stade Francais comunicó a través de Canal+ la extensión del contrato del sudafricano Heyneke Meyer como head coach del primer equipo de París hasta 2022 y luego hizo un demostración pública de poder económico al expresar: “Mi idea es inyectar otros 100 millones de euros en los próximos 5 años”.
Hacer la guerra a esta clase de proyectos por parte del Sur sería una pelea despareja, sería pelear con las manos atadas ante el mejor Mike Tyson de la historia. Además de buscar mejorar los contratos, una de las salidas es trabajar en la detección de jóvenes talentos en gran número, y que las camadas de juveniles sean lo suficientemente ricas en número y calidad para poder seguir manteniendo el nivel de juego que tiene el Súper Rugby. Porque desde Europa, como sucedió siglos atrás y se vuelve a repetir ahora, no dejaran de venir al Sur a saquear talentos, lamentablemente tienen recursos económicos para comprar, pero la gran apuesta de llenar a sus equipos extranjeros podría mermar el nivel de los jugadores locales, ejemplo: Francia, que perdió su identidad o Italia que nunca la tuvo.