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Binner, el FAP y el gobierno nacional

Por Luis Novaresio, especial para El Ciudadano.

Hermes Binner trabaja para ser candidato a presidente en 2015. “Estamos preparándonos para ser gobierno. Que nos les quepa ninguna duda”. Ésa fue la frase que más se escuchó de boca del ex gobernador, reaparecido en la escena pública en esta semana que culminó con un multitudinario acto ayer en Rosario convocado por el Frente Amplio Progresista. “Por ahora somos cinco los partidos en el FAP. Pero vamos por más”, confirmó quien es mano derecha del ex gobernador, que ya diseña la estrategia para que el médico anestesista de Rafaela sea en un par de meses el presidente del Partido Socialista y en 2013 diputado nacional por Santa Fe.

“El problema que suele aparecer con Hermes dentro del partido surge cuando se lo deja en el limbo de la carencia de cargos”, confiesa en reserva uno de sus correligionarios más enrolado en la corriente de Rubén Giustiniani. “Por eso hay que hacerlo sentir protagonista de todos los actos”, resume el mismo hombre. Habrá que decir que luego de la paliza que le propinó en las internas Antonio Bonfatti al actual senador nacional del PS por Santa Fe, y del buen desempeño de Binner en las elecciones nacionales de octubre pasado, nadie puede aún levantar un dedo para desmarcarse del accionar del ex candidato del FAP. “Todos saben que, hoy por hoy, se hace lo que Hermes quiere”, explican los que frecuentan el riñón partidario.

Binner está dispuesto a ampliar la base de sustentación del Frente. En los próximos días se va a entrevistar con Adrián Pérez, otrora delfín de Elisa Carrió. Todo indica que, gradualmente, los representantes del ARI se van a ir acercando al socialista a través de dictámenes conjuntos en el Congreso (María Eugenia Estenssoro trabaja abiertamente con Norma Morandini, por ejemplo). El propio ex candidato a vicepresidente de la Coalición no descarta un acuerdo a pesar de los reparos que le hacen llegar sus partidarios de la provincia de Santa Fe. ¿Y Carrió? “Con Lilita no tengo relación. Pero no hay que excluir a nadie”, dijo esta semana en privado Hermes Binner sorprendiendo a algunos de los suyos, quienes vieron una morigeración en la posición cerrada con ella, manifestada hasta hace poco meses.

“Con Ricardo Alfonsín no tenemos diálogo”, se le escuchó afirmar al ex gobernador en la misma mesa de trabajo con los suyos. Allí la posibilidad de encuentro luce más dificultosa. Por estos días los radicales se debaten entre acercarse al PRO de Mauricio Macri (anteayer mismo se vio al jefe de la Capital Federal con el radical, cobista, prokirchnerista y ahora autodenominado independiente Mario Meoni, intendente de Junín) o seguir solos reconstruyendo desde las bases. “Ricardito está muy dolido con Hermes. Dice que lo usó en el verano del año pasado para sacarse fotos y posicionarse nacionalmente y luego lo descartó para cortarse solo”, confesó en reserva uno de los laderos del hombre de Chascomús.

¿Hay transversalidad, capítulo dos?

“Nosotros somos la oposición a este gobierno”, dice Binner a cada momento. En sus discursos se lo escucha también afirmar que no comparte el modelo K que ha venido sojuzgando a la provincia de Santa Fe. Como gesto, puede señalarse que no cruzó dos palabras con Cristina cuando estuvo en Rosario el 27 de febrero pasado. “Ella ni lo miró”, graficó una asesora de prensa del PS. Sin embargo, las palabras elogiosas de la presidenta hacia el gobernador Bonfatti en la Asamblea Legislativa del 1° de marzo hicieron reflotar especulaciones de cercanía.

Si es cierto que los dichos públicos cuentan parte de la realidad, las actitudes a la hora de gobernar son definitorias. ¿Cómo votaría eventualmente el FAP los proyectos de reforma de la carta orgánica del Banco Central y una eventual propuesta de reestatización de YPF?

Los equipos técnicos de Binner creen que hay que modificar el concepto que hoy rige en la entidad de reserva federal. “No queremos un debate a blanco o negro. Tampoco deseamos que el Central sea un nuevo Banco Nación con sus recursos a disposición del Ejecutivo. Todo debería quedar controlado por el Congreso nacional”, explican. La pregunta que decanta naturalmente es si los socialistas apoyarán en general la iniciativa y luego se apartarán del kirchnerismo en particular como hicieron con la ley de radiodifusión y las AFJP. “Si hacen eso, serán funcionales al gobierno”, advirtió un diputado y economista del menguado peronismo federal.

Con YPF pasa algo similar. El FAP cree en la gestión estatal o en la privada fuertemente controlada por el gobierno. ¿Votarían sus 22 diputados y 4 senadores nacionales junto con el FPV si Cristina Fernández se propusiera recuperar la compañía petrolera?

Rosario estuvo siempre cerca

“No me acuerdo haber escuchado cuestionamientos a la actuación de Fito (Páez) en Buenos Aires, generada por el gobierno nacional, cuando los actos del Bicentenario de la Revolución de Mayo. ¿Habrá costado mucho menos?”, le preguntó Binner a un dirigente radical que se quejaba por los montos erogados para la fecha patria del pasado 27 de Febrero.

Binner pone en palabras la matriz de pensamiento de los dirigentes socialistas a la hora de ser cuestionados por el manejo de los fondos públicos. Cuando todavía se esperan respuestas contundentes por los nombramientos de familiares en la Empresa Provincial de la Energía (habría que sumar a los pedidos de informes algún requerimiento para saber si es cierto que la esposa de ministro actual presta servicios en el Etur y su hija en la empresa de Aguas, completando así un cuadro familiar dedicado a laborar para el Estado), el destemplado modo del actual gobernador que considera cavernícola al que inquiere si es razonable erogar 425 mil pesos –o 925 mil pesos si se cuentan los gastos de estructura– para que Fito pueda quedar en la historia del recuerdo cultural cantando en un bicentenario patrio, demuestra el poco apego al concepto republicano de dar cuenta exhaustiva de los actos de gobierno. Y dice “exhaustiva”. Quizá cuando la ministra Chiqui González vuelva de Cuba, a donde fue a dar clases en una escuela de cine, conozcamos los detalles.

Las respuestas con calificativos sonoros o los enojos políticos con los que preguntan son materia del ejercicio del discurso. Rendir cuentas es, negro sobre blanco, consignar cifras, garantizarlas con documentación apropiada y hacerlas tan públicas como un espectáculo en el Monumento a la Bandera. Respecto de la valoración sobre la oportunidad de semejante erogación, si no colisiona con el Código Penal es materia de cada santafesino a la hora de visitar el cuarto oscuro electoral.

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