La interna del socialismo pende de un hilo. Puede cortarse como no, todo depende hasta donde los protagonistas quieran o puedan estirar esa cuerda. La palabra división sonó fuerte en boca de Hermes Binner, y no es una señal menor.
El contexto marca que dentro del socialismo hay un gran elector que es el propio gobernador, y que su figura arrastra a los seguidores de siempre, y a los que ahora vislumbran con buenos ojos la proyección a la escena nacional. De hecho, el ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, se posiciona en las encuestas de la mano, o mejor dicho de la foto, de Binner.
El lanzamiento del senador Rubén Giustiniani como candidato a gobernador dejó expuestas las diferencias que existieron desde siempre, pero que cada sector supo sintetizar, hasta ahora, en pos del bien común. A esta disputa se suma otro ingrediente: organizaciones sociales impulsarán por estos días la candidatura a gobernador del actual intendente de Rosario Roberto Miguel Lifschitz. La interna está demasiado cerca y no se vislumbra, al menos por ahora, algún viento que se lleve los nubarrones de la discordia.
En declaraciones a Radio Dos, Binner no ocultó su preocupación por una posible ruptura en el Partido Socialista. “Con esta medida de ir a internas nos preocupa que el socialismo se divida porque tiene una vieja historia de divisiones. Vamos a hacer todo el esfuerzo para que esa división no se produzca”, afirmó Binner. El recuerdo de la ruptura del año 1995 cuando Héctor Cavallero dejó el partido tras una derrota en la urnas, resuenan en el espíritu socialista.
Por el lado de Giustinani están muy claro los pasos a seguir. El 5 de febrero próximo, en un plenario en la ciudad de Santa Fe, lanzarán la candidatura a gobernador para las primarias del 22 de mayo. El Ciudadano intentó hablar con los principales dirigentes del sector pero evitaron opinar sobre las declaraciones de Binner. “No vamos a hablar”, dijeron, “estamos trabajando para el lanzamiento del 5 de febrero”. Es probable que en los próximos días se emita un documento sobre temas que hacen al quehacer partidario, pero evitarán las discusiones “mediáticas”. En ese búnker, todo es mesura y optimismo.
¿Qué puede hacer cambiar esa postura? Que el binnerismo logre convocar al Congreso partidario antes del lanzamiento del actual senador nacional, y pueda imponer a Antonio Bonfatti como el nombre a seguir en su camino a la Casa Gris. Esto debilitaría, según algunos dirigentes, las aspiraciones de Giustiniani. En el campamento socialista de Necochea, la presencia de Binner tuvo una aceptación altísima, que sin menoscabar la figura de Pechito, permitió vislumbrar un escenario distinto. Llegado el caso, se extremarían las medidas para que el deseo de Binner se cumpla: “Vamos a hacer todo el esfuerzo para que esa división no se produzca”.
Al mismo tiempo, el candidato del PJ Cachi Martínez declaró: “Con todo gusto tomaría un café con (Rubén) Giustiniani; lo invitaría con todo gusto a formar parte de 100% Santafesino para ponernos de acuerdo sobre un proyecto de provincia”. Por su parte, Mario Barletta, candidato del radicalismo, negó que haya negociaciones con ese sector.