El mismo día en el que el presidente Mauricio Macri nombraba al titular de la Sociedad Rural en el Ministerio de Agroindustria, otro zorro a cargo del gallinero, el ministro de Energía –ex Shell– Juan José Aranguren, publicaba en el Boletín Oficial los nuevos precios –hacia la baja– de los biocombustibles. Para sorpresa de los pequeños y medianos productores del sector, muchos de ellos de nuestra región, el precio del biodiésel bajaba un 4% y el del bioetanol un 29%.
Según denuncian desde la cámara que los agrupa, la caída en el biotanol no beneficia a los consumidores pero sí a las petroleras que deben realizar un corte establecido por ley del 12% en las naftas, y se ahorran con el nuevo precio 4.600 millones de pesos.
Por otro lado, explican que la baja en el precio del biodiésel apunta a mejorar la posición de algunas cerealeras que ante la pérdida del mercado externo empiezan a mirar con buenos ojos las ventas dentro del país, hasta ahora en manos de las pymes. Si las pequeñas empresas del sector entran en crisis por la pérdida de competitividad, serán estos monstruos los que se quedarán con un mercado en crecimiento.
Las empresas de biodiésel de la región generan 3.500 empleos y en todo el país superan los 9 mil. Las pymes del biodiésel generan cuatro empleos por cada uno de una multinacional.
Decisión sorpresiva
A diferencia de los combustibles, cuyo precio está desregulado (el gasoil subió 24% en el año), los valores de los biocombustibles surgen del acuerdo entre el gobierno y las empresas, aunque esta vez la decisión del gobierno sorprendió a todos.
“Fue un lobby petrolero y de algún grupo de los productores grandes de biocombustibles que están intentando entrar al mercado interno a costa de las pymes. La ley fue creada para pymes y no para multinacionales cerealeras. El gobierno habla de eficiencia cuando no hay nada más ineficiente que una economía de escala que se fagocita a las pymes”, dijo en diálogo con El Ciudadano Federico Pucciarello, de la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustible (Cepreb).
“Hay algunos grupos de aceiteros, no todos, que dicen «bajen el precio del mercado interno, que deje de ser competitivo para las pymes, que las pymes cierren y yo te reemplazo con producto mío mas barato que las pymes. Lo hacen durante seis meses y después en el séptimo venden más caro”, agregó.
En relación a la posibilidad de algún cambio sobre esta decisión del gobierno nacional que pone en “línea de flotación” a los pequeños productores, Pucciarello dijo: “Hay que esperar un mes y ver si el gobierno recapacita y vuelve para atrás, o empeora. El interior del país no tiene muchas soluciones para tener industria. Esta es una de ellas. Si insisten, están errando como modelo de país. Todo esto va en contra de una política de pymes y de economía regionales”.
La resolución del gobierno nacional fue sin previo aviso, en el marco de un diálogo que el Ministerio de Energía llevaba adelante con los productores. “Veníamos teniendo conversaciones con el gobierno para ver si se podía ajustar el precio”, dijo sorprendido Pucciarello.
En relación a los productores de bioetanol, más afectados por el porcentaje de la baja, el empresario dijo: “Los cañeros están en pie de guerra. Nosotros estamos en línea de flotación pero ellos están por debajo. No dan los números”.
Motor de las inversiones
La ley 26.093, de 2006, regula a las empresas de biocombustible de todo el país. “Nacimos para enmarcarnos en una política de Estado en materia de biocombustibles con fuerte acento en el desarrollo de las economías regionales. Fue esta política de Estado, y su marco regulatorio, el motor para las inversiones privadas en el país”, dijeron desde Cepreb.