Boca Juniors y el descendido Tigre, sin títulos en la máxima categoría, definirán este domingo la primera edición de la Copa de la Superliga cuando disputen la final en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba.
El partido estará a cargo del misionero Néstor Pitana, responsable de dirigir la final del último Mundial Rusia 2018, comenzará a las 18.45 y marcará un hito en el país en el plano tecnológico, pues será el primer en transmitirse en calidad 4K (ultra HD) por las señales Fox Sports Premium y TNT Sports.
La final, rodeada de shows y actividades al estilo FIFA, se jugará en un estadio repleto, que dividió su capacidad de manera dispar, con 36.000 localidades para los hinchas de Boca y 17.000 espacios para los fanáticos del «Matador» de Victoria.
El sistema de definición de la final estipula un tiempo extra de 30 minutos y, de ser necesario, tiros desde el punto penal, en caso de terminar igualados al cabo de los 90 reglamentarios. En el eventual período añadido, los equipos pondrá realizar un cuarto cambio en su formación.
Boca es favorito por historia, experiencia, jerarquía y estatus actual frente a un equipo modesto, que bajó a la B Nacional el pasado 7 de abril, pero que paradojicamente se transformó en la sensación del fútbol argentino desde que Néstor Gorosito tomó su conducción, ya con el descenso casi sentenciado.
Y allí reside lo fascinante de esta final, en la que el fútbol tiene la posibilidad de ratificar su condición de impredecible. Poco importarán los 68 títulos a lo largo de la historia de Boca y las vitrinas vacías de Tigre una vez que Pitana haga sonar el silbato en La Docta.
Boca, que puede sumar el segundo trofeo en la era de Gustavo Alfaro tras la conquista de la Supercopa Argentina frente a Rosario Central, trae un invicto de doce encuentros sumadas todas las competencias pero su rendimiento futbolístico no termina de convencer.
Justamente lo contrario de Tigre, que deslumbra por el alto nivel de su estructura ofensiva compuesta por Lucas Menossi, Walter Montillo, Juan Ignacio Cavallaro, Diego «Cachete» Morales, Lucas Janson y Federico González.
El «Matador» consolidó la sensación de su injusto descenso en el Monumental con victoria frente al River de Marcelo Gallardo con una notable campaña en la Copa de la Superliga, en la que despachó a Colón y Unión de Santa Fe, al último campeón del fútbol argentino, Racing Club y a otro muy buen equipo como Atlético Tucumán con un marcador global de 6-0.
Argumentos más que suficientes para ilusionarse con una histórica consagración pese a la brecha que lo separa de un gigante como Boca, muy acostumbrado a las vueltas olímpicas.
Tanto Alfaro como Gorosito escondieron las probables formaciones para mañana, pero es sabido que presentarán cambios tácticos y obligados. El «Xeneize» deberá rearmar el mediocampo por las suspensiones del uruguayo Nahitan Nández e Iván Marcone, de modo que ingresarán el juvenil Nicolás Capaldo y el colombiano Jorman Campuzano, al tiempo que su compatriota Sebastián Villa ocupará el lugar de Cristian Pavón en el sector derecho del ataque.
Tigre, por su lado, presentaría tres variantes respeto del equipo que venció en Tucumán (1-0). Néstor Moiraghi o el uruguayo Gerardo Alcoba ingresarán por Ignacio Canuto en defensa; Montillo lo hará por Agustín Cardozo en el medio y Janson por Cavallaro en ataque.
Ambos tienen un antecedente en definición de título, registrado en un triangular del que también participó San Lorenzo para definir el campeón del Apertura 2008. En la última fecha, en cancha de Racing, Boca perdió 1 a 0 pero se consagró por diferencia de gol.
En el historial general de Primera División, el conjunto «auriazul» lleva una ventaja de 33 partidos, con 43 triunfos, doce empates y diez derrotas en 65 encuentros.