El club Bochas América nació el 3 de marzo de 1945 y sigue de pie en pleno barrio General San Martín. Con el paso de los años fue mutando muchas de sus actividades, pero mantiene presencia bochófila por excelencia en Biedma 517. Para los vecinos no es un espacio más. Se siguen apropiando del recinto y se convirtió en una institución especial, donde la pequeña masa societaria se reúne a diario para recrearse y recordar anécdotas que siguen vigentes en la memoria colectiva.
Cada integrante de la comisión directiva tiene su historia ligada al club. “Lo único que queremos es que Bochas América siga firme, que pueda ampliarse porque esto debe ser de todos los vecinos. El lugar es de toda la barriada y por eso las puertas siguen abiertas”, graficó Darío Pagano, quien preside el club desde 2019.
Pagano tiene lazos directos con la institución. “De chico venía. Incluso acá conocí a mi señora. Mirá si será especial este lugar. Esto es parte de mi vida”, agregó. “No tenía pensado ser miembro de la comisión directiva. Pero con el correr de los años me fui metiendo. Arranqué como vocal titular y luego secretario. Fui aprendiendo con el tiempo en realidad”, confesó.
Bochas América “subsiste por el esfuerzo de un grupo reducido de socios que somos del barrio y nos sentimos identificados con este espacio”, ya que sólo cuenta con 45 adherentes y el más joven tiene 60 años. “La pandemia se llevó a varios amigos”, contó con cierto dolor.
Pagano narró también que “cuando vienen amigos que están viviendo en otros lugares, nos juntamos acá, que es nuestro lugar, nuestra casa en realidad. De pibitos veníamos. Para nosotros no es un pedazo de tierra más. Es todo en nuestras vidas”.
Inicio popular
“Agradecemos a esos vecinos que decidieron fundar este lugar, que reúne a los amigos desde 1945. En realidad, todo comenzó en la vereda de enfrente. Ahí es que funcionó el club por primera vez en su historia”, recordó Pagano.
El máximo dirigente dijo además que “había un terreno baldío y la gente se reunía después del trabajo para jugar al truco, al chinchón, al cabrero, etc. Había fútbol en su momento pero se usaban los terrenos de otros vecinos. La idea era socializar. Poco a poco fue creciendo en concurrencia, por lo cual decidieron poner plata y fue así que compraron este lugar, que al inicio era más chico, era solo un saloncito, y con el correr del tiempo se fue ampliando”.
“Los fines de semana eran decisivos porque casi todos los vecinos venían a trabajar, para levantar entre todos el club. El terreno tenía 25 metros y decidieron hacer una cancha de bochas en el fondo, que sigue funcionando a pleno”, sostuvo.
No obstante, la historia marca que “había un presidente, Ramón Álvarez, aunque para todos era don Argentino, que vivía acá a la vuelta (por la calle 1° de Mayo). Insistió y le compró un terreno a una persona que tenía muchos lotes en esta zona, pero no quería saber nada con el club. Incluso no le quería vender nada al club”, contó Pagano.
Y agregó: “A eso hay que sumarle que era avaro. Y como todos sabían cómo era, don Argentino le dijo que el terreno era para él. Ese hombre accedió a venderle una parte y cuando tuvo los papeles en mano se los donó al club. La bronca del vecino que no quería saber nada con este espacio era tremenda”.
“Fue así que se reformuló el sector y se hicieron dos canchas de bochas. Y donde estaba la otra se construyó un espacio para recreación con parrillero incluido”, sostuvo el presidente de Bochas América.
Un espacio que busca crecer
La institución tiene entrada por calle Biedma y salida por cortada Amicis. Al ingreso del recinto hay un salón de usos múltiples. También sobresale el renovado buffet llamado Home Delicatessen que no sólo produce comidas caseras a diario sino que además ofrece catering y realiza eventos en el salón principal. Mientras que en un sector de patio de planta baja hay un parrillero con todo el equipamiento de cocina a disposición “porque la idea es que este lugar está disponible para socios, vecinos y amigos”.
Los parroquianos cuentan con orgullo: “Tenemos una muy buena amistad con Central Córdoba. Es más, una vez al mes viene el plantel profesional a comer. Generalmente lo hace los viernes al mediodía”.
A la hora de hacer alguna refacción, quien se pone el overol es el tesorero Eduardo. “Si no hacemos las cosas nosotros, no alcanza el dinero para pagarle a algún profesional”, puntualizó.
Bochas América cuenta además con un pabellón de bochas llamado Severo Rodríguez. Además hay un salón de usos múltiples, que se usa para fiestas, llamado Rubén Bebe Ballesio, donde se practica desde kung fu a cumbia cruzada.
El verde, blanco y gris configuran los colores de la institución. La misma que busca expandirse para “poder recibir a los chicos del barrio. Queremos darle alternativas deportivas a todos, pero el espacio físico no nos permite. Aunque no claudicamos y anhelamos hacerlo en un breve período”, dijo Pagano. “Comprendemos que la situación es compleja en todos los niveles. A eso hay que sumarle que no recibimos grandes contribuciones. Pero una persona vinculada a la Municipalidad nos dio en su momento un subsidio e hicimos el baño para discapacitados y techamos una parte del patio. También terminamos de refaccionar las paredes y renovamos los cables de instalación de luz como luminaria. Llevamos todo a led”, explicó.
Luego Pagano dijo que “gracias a la Dirección de Clubes de la Municipalidad de Rosario pudimos hacer los trámites correspondientes y ahora contamos con todos los papeles en orden como debe ser. Eso es importante, no solo para llevar un control sino además para darle más claridad a la gestión. Lo único que queremos, es que Bochas América siga de pie y pueda ampliarse porque esto debe ser de todos los vecinos”, ponderó el presidente.
Anhelo a la vista
Todos los integrantes del club son vecinos, amigos y aspiran a levantar un entrepiso en la cancha de bochas. “Este es un barrio hermoso y todos los chicos deberían estar acá adentro. Incluso, en mi época había metegol, billares, pool, nos pasábamos todos los días acá. Queremos que eso vuelva a pasar porque no queremos chicos en las calles”, expresó Pagano.
“Tengo mucho cariño por el club. Siempre tuve relación con este lugar. Vivía a la vuelta, pero esta es mi segunda casa. Acá conocí a mi amor y luego formé una hermosa familia. Mis amigos, que son muchos, también son de Bochas América. Con todos ellos nos juntamos acá, que es nuestro lugar”, concluyó emocionado.