En medio de aplausos que sudaban transparencia y republicanismo,la Legislaturaprovincial le puso broche de oro al sistema electoral de boleta única durante el 2010. Buena parte de los 69 legisladores decidieron separar en diferentes papeletas las categorías que tradicionalmente iban pegadas en la conocida lista sábana, pasando por alto el riesgo que suponía para la gobernabilidad la cláusula constitucional que le da mayoría automática enla Cámarabaja al ganador de la elección.
Esta cláusula, pensada por los constituyentes en 1962, cuando ni siquiera estaba permitido el corte de boleta, se transformó en un verdadero problema, a casi 50 años de aquella intención, en el marco de un nuevo sistema que no sólo permite el corte sino que entrega las boletas al votante prolijamente separadas, terminando con el efecto arrastre que se producía desde los cargos ejecutivos hacia los legislativos con el sistema anterior.
Tan fuerte era la costumbre de votar la boleta entera del antiguo modelo electoral que los legisladores tuvieron que hacer un esfuerzo extra en esta elección para hacerle comprender al elector su rol principalísimo en el desarrollo del futuro gobierno y, además, para hacerse conocer. Legisladores con varias elecciones en el lomo se encontraron con que eran perfectos desconocidos para la mayoría de los santafesinos.
Con la cabeza puesta en el voto cadena, el robo de boletas, y otras tantas ilegalidades de los comicios, nadie, o casi nadie, reparó en la posibilidad de que, al separar las categorías se acrecentaba la chance de un triunfo legislativo de la oposición. Y que eso, sumado a la cláusula constitucional apuntada, ponía en serio riesgo la gobernabilidad, en virtud de que podría pasar que la oposición se hiciera de una mayoría automática de 28 legisladores sobre los 50 que componenla Cámarabaja, transformando una cláusula pensada por los constituyentes como un instrumento de apoyo al gobierno elegido, en una herramienta de la oposición.
Y todo eso pasó. Se vislumbró en la buena elección de María Eugenia Bielsa en las primarias y terminó de confirmarse en las generales, con un triunfo del Frente Santa Fe para Todos sobre el Frente Progresista (34,70 a32,84%).
Menos de dos puntos porcentuales que implican 13 legisladores de diferencia (28 para el PJ y 15 para el Frente Progresista).
Conclusión: Antonio Bonfatti, que nada puede reprochar porque su partido promovió la reforma, está en problemas. Y necesitará mucha cintura política. Porque además, en el Senado, el PJ mantuvo la mayoría (11 sobre 19).
¿Faltó debate?
¿No debió haberse esperado a una reforma constitucional para avanzar sobre la boleta única? ¿Faltó debate enla Legislatura? ¿Hubo improvisación o se conjugaron otras cosas? ¿Se pusieron todos los escenarios posibles sobre la mesa? Todo indica que no.
Más bien parece haberse dado una fórmula letal: un oficialismo que aprobó en Diputados una ley para la tribuna, con la mejor intención de transparencia pero sin debate a fondo, en la presunción de que no sería refrendada por el peronismo en el Senado, y un peronismo que lo convalidó enla Cámaraalta porque pensó que así le aseguraba la reelección a sus caciques departamentales, léase senadores, que podían salir a pelear sus distritos sin tener que atarse a una candidatura a gobernador que los arrastrara.
Otras opciones alternativas a estas dos incluyen siempre la falta de profundización del tema y la ausencia de la tarea básica de todo legislador: proyectar situaciones para verificar la eficacia de la ley a aprobar.
Pero fue ley. Y no hubo tiempo para cambios ni para un debate serio. De haberlo dado, los legisladores se habrían enfrentado al problema que hoy tiene Bonfatti, el gobernador electo del nuevo sistema. Y podrían haber planteado alternativas, como las que se pensaron a la hora de reglamentar la ley, pero que en esa instancia eran de imposible aplicación (una idea fue que las categorías de diputados y gobernador fueran juntas, hasta tanto se modifique la cláusula constitucional).
“La boleta única es un auto moderno que transita por calles viejas”, dijo tras la elección el ministro de Justicia, Héctor Superti. “No es un problema de la boleta única sino dela Constitución”, aclaró luego.
¿Qué Constitución estaba vigente cuando el bloque del Frente Progresista decidió aprobar en Diputados el proyecto de ley de boleta única?
Una que se aprobó en 1962 y que dice textualmente: “La Cámarade Diputados se compone de cincuenta miembros elegidos directamente por el pueblo, formando al efecto la provincia un solo distrito, correspondiendo veintiocho diputados al partido que obtenga mayor número de votos y veintidós a los demás partidos, en proporción de los sufragios que hubieren logrado”.
O sacan el auto o mejoran las calles. Pero autos modernos en calles viejas suelen causar accidentes. Y si no, pregúntenle a Bonfatti.