El Congreso de Bolivia aprobó ayer una nueva ley de pensiones, impulsada por el presidente Evo Morales, que baja la edad de jubilación de 65 a 58 años y que crea una gestora estatal en reemplazo de administradoras privadas que funcionaban hasta ahora. La medida va a contrapelo de las medidas que impulsan los grandes países europeos golpeados por la crisis.
La norma fue enviada de inmediato al mandatario para su promulgación, informó ayer la Cámara de Senadores, controlada por el oficialismo.
En el caso de las mujeres, la ley baja la edad de la jubilación hasta los 55 años, aunque para ello debe ser madre de tres.
La norma crea una nueva Gestora de la Seguridad Social de Largo Plazo que reemplazará a las administradoras de pensiones española Previsión (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria-BBVA) y Futuro (Zurich-Suiza), que manejaban hasta ahora los aportes de 1,3 millones de personas en un país de un total de 10 millones. Entre las dos administraban unos 4.400 millones de dólares de aportes laborales.
En tanto, ninguna de las compañías emitió comentarios sobre la nueva ley, aunque el gobierno boliviano dijo días atrás que se entablaron negociaciones para la transferencia de la información sobre los aportantes y la tecnología y los recursos económicos que se encuentran en la banca privada o en bonos del tesoro.
Por su parte, el Ministerio de Economía señaló ayer que la nueva ley de Pensiones, que reemplazará a un sistema vigente desde mediados de la década de 1990, cuando en el país se produjo una ola privatizadora, permitirá crear un Fondo Solidario para mejorar las rentas de trabajadores con jubilaciones bajas.
“El Fondo Solidario se nutrirá de estas fuentes: 3 por ciento de aporte patronal (la ley anterior no establecía esto), 0,5 por ciento del trabajador, 20 por ciento de las primas de Riesgos Provisionales (profesional y común) y el aporte solidario, de los trabajares con altos ingresos” con sueldos de más de 13.000 bolivianos (cerca de 1.900 dólares) mensuales, señaló la cartera económica.
Tras la aprobación de la ley, el presidente del Senado, el oficialista René Martínez, aseguró que el nuevo sistema será transparente y permitirá que los trabajadores puedan jubilarse en mejores condiciones que el anterior sistema.
“La sanción es histórica y cambiará la realidad de toda la generación de jubilados que estaba esperando esta ley”, acotó.
Sin embargo, la oposición de derecha consideró que durante todos los debates parlamentarios el oficialismo no logró demostrar de manera convincente que la nueva norma sea beneficiosa.
“Más parece un proyecto a corto plazo, no de largo plazo; no hay garantías de que esta reforma durará varios años, con estabilidad”, señaló el senador opositor Germán Antelo, quien recordó que el propio gobierno dijo que el plan sólo tendrá una duración de 35 años.
Durante la primera fase de debate, analistas económicos observaron, principalmente, que el gobierno haya bajado la edad de jubilación de los 65 a los 58 años, cuando la corriente mundial va justamente en sentido contrario.