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Bolivia: un golpe de Estado que frenó la revolución tecnológica de Evo Morales

Desde la llegada de Evo Morales el país montó un programa de acceso a computadoras, nacionalizó el servicio de internet y lanzó un satélite para que la ciudadanía tenga televisión y radio

Por Jonatan Pérez – Agencia Timón

La llegada al gobierno de Juan Evo Morales Ayma fue uno de los pasos más importantes para la historia de Bolivia. No sólo logró consagrar un Estado Plurinacional, sino que buscó producir una revolución tecnológica. Si bien la ciencia y la tecnología son consideradas como rubros complementarios por detrás de los cuatro rubros principales (el agropecuario, el hidrocarburo, el minero y el energético) estos no pasaron desapercibidos durante sus mandatos.

Uno de los puntos fuertes en estos campos que aportó mucho a la educación del país fue el programa “Una computadora por docente”, llevado adelante por el viceministerio de Ciencia y Tecnología, perteneciente al Ministerio de Educación. Es un complemento a los avances obtenidos en materia de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) dentro del sector educación cómo lo fueron la Política Nacional de TICS para la Educación (2005), el Programa Nacional de TICS (2006), la creación de un portal educativo (www.educabolivia.bo), la entrega de equipamientos a establecimientos educativos y la capacitación constante a docentes para la implementación de las TICS en el aula. Pero por sobre muchas cosas, era en una segunda etapa, un proyecto de innovación tecnológica mucho más ambicioso.

La primera etapa constó en la creación de Telecentros Educativos Comunitarios (TEC), para uso tanto de estudiantes y docentes como de la comunidad en general. Brindan -al día de hoy- tres servicios primarios a la hora de hablar de telecomunicaciones. Primero, computadoras con internet para el uso común (uso de correos electrónicos, navegación, educación y comunicación a larga distancia con videoconferencias). Segundo, televisión satelital con transmisiones de canales nacionales e internacionales. Tercero, telefonía para servicios de llamadas nacionales e internacionales.

La segunda etapa era la entrega de computadoras portátiles a los docentes de los niveles inicial, primario, secundario, de educación alternativa, de escuelas superiores de formación docente e institutos técnicos, directores departamentales y distritales de educación. El equipamiento es entregado con el objetivo general de contribuir al desarrollo de procesos pedagógicos docentes mediante la facilitación de herramientas tecnológicas, reduciendo la brecha digital, acompañando el desarrollo de las competencias digitales del siglo XXI, fomentando la igualdad de oportunidades y la innovación en el aula.

La tercera etapa, y la más importante, era la total implementación del programa “Una computadora por estudiante” en conjunto con la llegada de internet a todos los establecimientos educativos. El programa venía desde 2014 entregando computadoras portátiles en distintos puntos del país. No sólo buscaba que todos los estudiantes del país cuenten con su computadora portátil personal, sino que cada una sea ensamblada en el país por la empresa estatal Quipus (creada en 2013 con este único objetivo).

Crédito: www.boliviateamo.blogspot.com

Quipus, creada por el gobierno de Evo Morales, tiene el objetivo de redistribuir la riqueza a la población boliviana. Este fue uno de los ejes atacados por la oposición porque “no generaba ganancia y estaba al borde de la quiebra”. El mandatario señaló: “Quipus no nos dará plata, sino computadoras para los estudiantes de Bolivia, y para eso hemos creado esta empresa social y de servicio. Esta empresa no nos dará utilidades, es de servicios, es una empresa social donde las autoridades aportan para dotar computadoras a los estudiantes. No es una empresa de generación de utilidades como las termoeléctricas, plantas separadoras de hidrocarburos, industrias, últimos que son para ganar plata”.

Nacionalizado

En Bolivia el servicio de internet está a cargo de la empresa de telecomunicaciones Entel, que fue nacionalizada por el gobierno de Evo el 1 de mayo de 2008. Fue una de las decisiones acertadas que tuvo el mandatario, ya que el crecimiento de la empresa aporta tanto en las ramas de ciencia y tecnología como en educación. La empresa genera alrededor de 2.400 puestos de empleo directo y más de ocho mil empleos de manera indirecta por subcontratación.

Todo lo que realiza Entel es con recursos propios y es autosuficiente. Por lo tanto, no sólo no tiene deudas, sino que todas las ganancias generadas son invertidas directamente en el país, siendo uno de los principales beneficiados el programa “Juancito Pinto”, que brinda un incentivo de permanencia a los estudiantes de 1° a 8° año de escuela primaria.

El crecimiento de la empresa de telecomunicaciones en el país fue tal que, debido a las inversiones y el buen servicio brindado, no sólo se logró reducir gradualmente el costo de las tarifas de internet para los usuarios. Al día de hoy la cobertura del servicio es a todo el país gracias a la puesta en órbita del primer satélite de telecomunicaciones del Estado Plurinacional de Bolivia: el TK-SAT1 (Túpak Katari). El satélite artificial fue lanzado a órbita el 20 de diciembre de 2013 desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang, en China, ya que el mismo fue construido en el país asiático. El objetivo de este era mejorar las telecomunicaciones con la aplicación en Internet, Telefonía, Televisión, Telemedicina y Teleeducación, y tuvo un gran éxito en todas.

Gracias al TK-SAT1, un total de 30 canales de televisión y 26 emisoras de radios están al alcance de todos los ciudadanos bolivianos; el servicio de internet a mejorado su funcionamiento de 30% a más del 60% desde su lanzamiento; y pese a no ser lanzado con un objetivo comercial en 2018 había recaudado aproximadamente de 100 millones de dólares tras distintos acuerdos comerciales con empresas locales. Se espera que para 2028 recupere el costo invertido: 302 millones de dólares.

El satélite es operado en su totalidad por profesionales bolivianos de la Agencia Boliviana Espacial (ABE) que trabajan las estaciones de Amachuma, ciudad de El Alto y La Guardia (Santa Cruz). Funciona al 70% de su capacidad y se espera que para el 2025 utilice su potencialidad total.

Y un ministerio

Evo había convocado a universidades, científicos y empresarios para la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, que está contemplado en uno de los puntos de la Ley de la Agenda del Bicentenario, anticipando que realizarían tres encuentros nacionales pidiendo propuestas a esos sectores para que “funcione con mucha fuerza, arranque con mucha fuerza para una liberación tecnológica”.

Lamentablemente, la implementación de este proyecto en conjunto de la continuidad de otros parece que quedarán en el pasado. El Golpe Cívico-Militar-Policial contra Evo, la autoproclamación de Jeanine Áñez como presidenta y la sistemática represión al pueblo dan cuenta de que se avecina un retroceso en todos estos aspectos.

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