El gobernador Antonio Bonfatti y la comunidad argentina en Wellington, capital de Nueva Zelanda, siguieron las alternativas del triunfo de Argentina ante Bosnia en The Grand, un bar céntrico reservado y decorado especialmente para la ocasión por la embajada argentina en Nueva Zelanda.
Unos 200 argentinos colmaron el pub para ver el partido en pantallas gigantes y desayunar, ya que en el momento que el árbitro dio inicio al juego aquí eran las 10 de la mañana del lunes.
El gobernador estuvo sentado en primera fila codo a codo con el embajador Fernando Escalona, a quien le regaló una camiseta de la selección. Apenas llegó al lugar se sacó la corbata y se colgó sobre los hombros una bandera argentina. Gritó los goles de parado y alentó al ritmo de la “barra buyanguera” que recreaba los clásicos cánticos de aliento al seleccionado nacional. Todo el lugar se puso de pie para cantar el Himno Nacional.
Los argentinos residentes en esta ciudad, en su gran mayoría sub 35, llegaron a The Grand vistiendo camisetas, bufandas y gorros celeste y blanco convocados por el mailing de la embajada. En el entretiempo y después del partido Bonfatti charló con residentes que se le acercaban a saludarlo, entre ellos un chico de apellido Barcia que vestía la camiseta de Newell’s y que, según contó, pasó por las inferiores leprosas y hoy juega en un equipo local. Charló a su vez con dos chicas de veintitantos años, sobrinas de un ex diputado nacional de la UCR por Santa Fe, que viven aquí. En un rincón dos mamás con sus bebés de meses y vestidos con una diminuta camiseta argentina se sumaron a la convocatoria.
La movida tuvo a su vez una pata diplomática con la presencia de los embajadores de Brasil, México y Chile, que se supone que vinieron a hinchar por Argentina. Contentos por el triunfo pero preocupados por el rendimiento del equipo, al final de los 90 minutos cada uno retornó a sus tareas diarias. Excepto los visitantes de Santa Fe, el resto volverá a reunirse en el próximo partido.