Son exactamente 45 días hasta el 10 de diciembre. Y Antonio Bonfatti hace rato que sabe qué es lo que quiere hacer en este tramo final en el que las expectativas se concentran sobre quien lo va a suceder, sus colaboradores y su plan de gobierno. Por estos días, desde que se levanta hasta que se quita el saco lleva consigo una serie de papeles escritos a mano en los bolsillos internos, especie de listas de tareas de acá hasta el último día de mandato. Uno de esos papeles enumera una veintena de obras que Bonfatti quiere dejar inauguradas con su sello personal antes de tener que bajar las escalinatas de la Casa Gris para mudarse de despacho en la Legislatura provincial.
La saga comienza este jueves con el corte de cintas de la sede de Radio y Televisión Santafesina en Recreo, montada en uno de los antiguos edificios donde funcionó el Liceo Militar General Belgrano y hoy también asiento del nodo 4 Santa Fe, sobre la ruta nacional 11.
Sin fecha precisa aún, a fines de noviembre Bonfatti bajará al Aliviador III, el conducto soterrado 12 metros bajo la avenida Sorrento y de 5 metros de diámetro que costó 230 millones de pesos y es determinante para evitar inundaciones en Rosario y las 9 localidades de la cuenca del arroyo Ludueña.
Para Rosario, siguen los cortes de cintas en la escuela del Programa Habitacional Rosario Norte (Zona Cero), megaurbanización con 1.443 viviendas en la zona noroeste (se terminaron 1.293); la remodelación de la avenida San Martín en el tramo desde la estación de trenes Rosario Sur hasta Circunvalación, con corte de cintas previsto para la segunda semana de noviembre (costó unos 50 millones de pesos); la finalización de la obra civil del Acuario; la primera nave para el asiento de empresas en el Polo Tecnológico del ex Batallón 121. Al leer estas líneas algún lector creerá estar atravesando un deja vú, pero no lo es. El Acuario por ejemplo, debió estar terminado antes, al igual que alguna otra obra que el flujo financiero, el tiempo, contratistas u otros contratiempos retrasaron, lo cual no quitó que el gobierno las exhibiera durante la campaña electoral.
La inauguración de obras sobre el filo del mandato es también una forma de despedida. Más concisa que la de Los Chalchaleros, pero despedida al fin. Estos 45 días son también una forma de recorrer por última vez la provincia en calidad de gobernador.
Bonfatti estará en este periodo inaugurando o poniendo en funcionamiento:
– La Zona Franca de Villa Constitución.
– El grueso de la autovía de la ruta 1 tramo ruta nacional 168-San José del Rincón.
– Remodelación del entorno de Alero en Barrio Santa Rosa de Lima en la capital provincial.
– Pistas de atletismo en Las Rosas, San Javier y San Justo.
– El acueducto “San Javier” en el tramo de 45 kilómetros desde Villa Minetti hasta El Nochero en el departamento 9 de Julio.
– Laboratorio Forense en Recreo.
– Reparación y ampliación de la Escuela de Enseñanza Media Nº 206 “Rosa Turner de Estrugamou” en Venado Tuerto.
– Reequipamiento y ampliación del laboratorio de la Asociación del Litoral de Entidades de Control Lechero (Alecol), para el que la provincia aportó más de 3 millones de pesos.
Con esta lista de inauguraciones, Bonfatti dará una última vuelta por territorio provincial, desde el extremo norte en 9 de Julio hasta Venado Tuerto en General López. Un raid de unos cuantos miles de kilómetros finales para cortar cintas de este puñado de obras que, cuando el presupuesto no alcanzaba para cerrar todo lo que estaba en marcha, fueron priorizadas por encima de otras. Si algo caracterizó a las gestiones de Hermes Binner primero y Bonfatti después es la de haber iniciado obras, algunas de ellas a escala que supera las posibilidades financieras propias de la provincia y deben ser sostenidas con créditos internacionales de largo plazo, sin saber exactamente cuándo y quién podrá concluirlas, como los hospitales nodales o los acueductos, pero que alguien alguna vez tenía que iniciarlas.