Este martes en la Pérgola del Mercado del Patio (Cafferata 729) el candidato a intendente de Rosario por el Frente Progresista, Pablo Javkin, junto al aspirante a la gobernación santafesina por la misma fuerza política, Antonio Bonfatti, firmaron el Acuerdo por Rosario.
Se trata de un compromiso de una serie de iniciativas y obras públicas concretas a hacer en la ciudad en el caso de que ambos resulten ganadores en los comicios del próximo 16 de junio.
El acto sirvió además para que los dos se mostraran juntos. En el lugar estuvieron funcionarios provinciales y municipales. Y vecinos que oficiaron de algo así como «testigos» del acuerdo y también firmaron el compromiso público.
La puesta en escena también fue muy particular. Se montó una pequeña mesas en medio de la Pérgola, una de los espacios recuperados en el marco de la creación del Mercado del Patio. Vecinos, militantes y funcionarios se ubicaron alrededor de ese escenario.
No faltó nadie. Estuvieron el gobernador Miguel Lifschitz, la intendenta Mónica Fein y todos los referentes que en las Paso estuvieron en las ciudad detrás de la candidatura de Javkin, encabezados por la concejala María Eugenia Schmuck.
El primero en hablar fue el gobernador Miguel Lifschitz. El actual mandatario provincial repasó «todo lo que se hizo en los últimos años». Dijo que Rosario «ha ido cambiando mucho» y que quienes visitan la ciudad dan cuenta «enseguida de esas mejoras». Y auguró el triunfo del Frente Progresista tanto a nivel local como provincial.
Por su parte, Bonfatti sacó un papel donde horas antes había anotado una por una las grandes obras que se llevaron a cabo en la ciudad bajo la gestión del Frente. Y recordó que «los líderes narcos hoy están presos». Todo luego de mencionar el atentado que sufrió en su propia casa por «enfrentar a esas bandas».
Sin nombrarlo, vinculó luego a Perotti con la «desindustrialización de los años 90» y el «desguace del Estado».
En tanto, Javkin hizo primero un minucioso repaso «de lo más importante que dejaron» distintos intendentes a lo largo de la historia local. Allí destacó la figura de Hermes Binner. Y el aplauso llegó de inmediato.
Dijo luego que en Rosario las obras «se terminan» y el dinero no queda en «bolsos que luego se tiran en conventos o van a parar a empresarios amigos». Así fue como le «pegó» al kirchnerismo.
Tras eso, cargó contra Roy López Molina, su adversario de Cambiemos. Sin nombrarlo, aludió a candidatos que «primero se identifican con varios colores y luego, cuando les va mal, les da vergüenza y los cambian».
