El ministro de Economía, Amado Boudou, llegará hoy a Italia donde buscará convencer a los tenedores minoristas de participar del canje de deuda en cesación de pagos por 18.300 millones de dólares, lo que permitirá normalizar la situación financiera del país y acceder a las empresas a créditos a mejores tasas.
Boudou partió a Roma con los resultados de la primera etapa del canje para mayoristas, que venció ayer.
Desde el lunes, aquellos que tengan más de un millón de dólares en títulos deberán pagar un dólar por cada 100 que depositen.
El interés de los grandes tenedores de bonos se puso de manifiesto esta semana en Nueva York, donde el ministro recibió y luego aceptó el pedido de los grandes bancos para prorrogar el plazo de vencimiento del ingreso al canje sin penalización, que originalmente estaba previsto para el miércoles.
Ahora, con esos datos en la mano, el ministro, en compañía del secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, se encontrarán el lunes en Roma y el martes en Milán con los tenedores minoristas.
Antes de su llegada, el grupo Task Force Argentina (TFA), que lidera Nicola Stock, cuestionó la oferta argentina, pero dejó en libertad de acción a los inversores asociados para que decidan si entran o no en el canje para salir del default.
El jefe de la TFA, Nicola Stock, declaró a la prensa que «antes de decidir los bonistas tienen que leer atentamente las observaciones y advertencias que incluso están en el prospecto».
El TFA, que afirma representar a inversores italianos que tienen 4.400 millones de dólares en bonos argentinos impagos, planteó una demanda ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) del Banco Mundial.
Si los inversores ingresan en el canje deben renunciar a seguir participando de este juicio, y cualquier otro, luego de recibir los nuevos títulos.
También el martes, cuando Boudou y Lorenzino estén en Roma, vence el plazo de una operación paralela al canje y por la cual Economía busca colocar un bono con vencimiento en el 2017 por 1.000 millones de dólares, y pagará una tasa menor a los dos dígitos.
Boudou descarta que la crisis desatada en Grecia pueda afectar la operación. Incluso, destacan que esta situación permite «demostrar que nuestra política respecto al FMI no fue equivocada».
Economía confía en lograr un 60 por ciento de aceptación, aunque consultoras privadas y analistas, como el caso del IAEF, consideran que la adhesión puede llegar al 80 por ciento.