La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, autorizó por decreto el ingreso forzado de agentes de salud a inmuebles abandonados con el fin de llevar adelante acciones de combate al mosquito Aedes aegypti, que transmite los virus del dengue, el Zika y la fiebre chikungunya.
Según informó la agencia oficial de noticias ABR, la medida provisoria autoriza a los agentes a ingresar a casas en las que el propietario no esté, después de que quede demostrado que eso es «esencial para la contención de enfermedades».
La medida se establece en momentos en que Brasil enfrenta por un lado la presencia del virus Zika, constatada oficialmente en abril del año pasado, y por otro una epidemia inédita de microcefalia en recién nacidos, que según las autoridades sanitarias brasileñas estaría relacionada al virus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no ha confirmado esa relación entre el Zika y esa malformación cerebral.
Se estima que hay al día de hoy en el país sudamericano hay entre 500.000 y 1,5 millones de personas infectadas con el virus Zika, que causa síntomas similares a los del dengue.
Asimismo, desde que el virus comenzó a circular en el país se produjo un aumento alarmante de casos de microcefalia en bebés nacidos de madres infectadas durante el embarazo. Hasta 2014, el número de recién nacidos con esa dolencia oscilaba entre 100 y 120 al año. En tanto, desde octubre a la fecha fueron notificados más de 4.000 casos.
El ingreso forzado a las viviendas se realizará después de que se hayan realizado algunos intentos de contactar a los propietarios del inmueble.
Se considera inmueble abandonado, según surge del texto del decreto, aquel que no fue utilizado durante un periodo de tiempo prolongado. Esa situación es constatada por las características físicas del inmueble, señales de falta de mantenimiento y testimonios de vecinos del lugar, entre otros indicios.
Las visitas de agentes de salud y soldados de las Fuerzas Armadas a viviendas que se localizan en regiones consideradas vulnerables se han intensificado en las últimas semanas.
Desde diciembre unos 266.000 agentes comunitarios de salud reforzaron el contingente de 6.188 profesionales de los equipos de atención domiciliaria y a los 46.000 agentes de combate a endemias que ya realizaban trabajos de inspección y orientación a la población.
Los grupos dedicados a esa tarea también recibieron el apoyo de 3.200 militares.
Datos del Ministerio de Salud divulgados el viernes indican que ya fueron visitados 10,9 millones de hogares, de un total de 49,2 millones previstos.
Los domicilios visitados se localizan en 3.185 ciudades, de un total de 5.570 que recibirán ese tipo de inspección.
Durante las inspecciones fueron identificados 355.000 inmuebles con focos del mosquito, lo que representa un 3,25 por ciento del total.
El Gobierno de Rousseff se puso como meta reducir los focos a menos del uno por ciento del total de viviendas.