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Brasil busca estimular la economía

El ritmo de crecimiento de Brasil se desacelera en línea con el deterioro del nivel de actividad global.

Brasil, la primera economía de América latina, desacelera el ritmo de crecimiento, en línea con el deterioro del nivel de actividad global, pero el gobierno de Dilma Rousseff procura contrarrestar este enfriamiento con medidas que estimulen la actividad.

Datos del último trimestre de 2011 mostraron que el crecimiento de Brasil fue de 1,4 por ciento interanual, lo que redondeó una expansión de 2,7 por ciento en 2011, por debajo del 7,5 por ciento alcanzado en 2010 y del promedio de 4,8 por ciento entre 2004 y 2008. Según información recopilada por la consultora Economía & Regiones (E&R), el sector industrial fue el más afectado: creció sólo un 1,6 por ciento en 2011, contra el 10,4 por ciento de 2010.

La causa del enfriamiento fue “un significativo deterioro del escenario global ocurrido en el segundo semestre de 2011, sumado al endurecimiento de la política monetaria aplicado en 2010/2011 y de la moderación de la política fiscal, para contener la inflación”, concluyó E&R en un documento sobre el vecino país.

El informe recoge varias señales de enfriamiento de la economía brasileña, entre estas, el declive de la Inversión Extranjera Directa (IED). A finales de 2011, las entradas netas de capitales de cartera se redujeron a un nivel cercano al 1 por ciento del PBI, que se comparan con el 3 por ciento de 2009 y 2010.

El gobierno brasileño no se mantuvo al margen de estos sucesos, sino que lanzó en abril un paquete de medidas por unos 30.000 millones de dólares para estimular la alicaída. Estas acciones incluyeron un recorte de impuestos para exportadores y reducciones para las contribuciones patronales sobre los salarios de determinados sectores. Además, activó un plan de compras gubernamentales que favorece la adquisición de productos nacionales y otro de estimulo para la industria automotriz que reduce la carga impositiva para las plantas instaladas en el país a medida que incorporen productos nacionales y líneas de crédito blandas para bienes de capital e innovación, según enumeró E&R.

Esas medidas fueron acompañadas por una disminución de la tasa de interés de referencia del Banco Central de Brasil (Selic). La tasa –que había subido de 8,75 a 12,5 por ciento anual entre marzo de 2010 y agosto de 2011 para morigerar la suba de precios– registró el 19 de abril su octava baja consecutiva, hasta llegar a 9 por ciento. El abaratamiento del costo del dinero procura dar bríos a una economía cuya inflación preocupaba a las autoridades.

Los resultados de estos esfuerzos no serían inmediatos. Las estimaciones indican que el principal socio del Mercosur crecería apenas 1 por ciento en el primer trimestre de 2012, una desaceleración de la actividad que duraría al menos hasta julio próximo. “En la segunda mitad de año posiblemente crecerá bastante por encima de esta cifra, produciéndose una suave aceleración consecuencia del impacto retardado de la flexibilización monetaria implementada desde agosto de 2011”, adelantó E&R.

En la Argentina, este enfriamiento de la economía brasileña tiene impacto directo en las industrias automotriz y manufacturera y el sector exportador, pero “se vería compensado por el buen precio internacional de la soja”, señaló el informe. Precisamente, la oleaginosa cerró abril por encima de los 550 dólares por tonelada en el Mercado de Chicago, una ganancia de 25 por ciento en el primer cuatrimestre de 2011.

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