Brasil, el segundo país más afectado por la pandemia de coronavirus en el mundo, anunció hoy un cambio de metodología para el conteo de contagios y muertes por la enfermedad con el objeto de evitar la “subnotificación” pero el último balance oficial redujo considerablemente la cantidad de ambos rubros, lo que despertó críticas de la oposición.
En concreto, el último boletín recoge 164 muertes y 5.974 nuevos positivos, muy lejos de los 1.005 muertos y 30.830 nuevos casos de los que se informó anoche y de los 1.492 decesos y 31.890 positivos de los que se dio cuenta el jueves, puntualizó la agencia Europa Press.
El presidente Jair Bolsonaro justificó este sábado las modificaciones, así como también la decisión de divulgar los reportes diarios sobre Covid-19 pasadas las 22, cuando ya terminó el informativo de TV Globo, el más visto del país.
«El Ministerio de Salud adecuó la divulgación de los datos sobre casos y muertes relacionados a la Covid-19» y «a lo largo del enfrentamiento a la enfermedad, la recolección de informaciones evolucionó con capacitación y servicios de laboratorio», afirmó Bolsonaro en su perfil de Twitter.
La declaración del polémico mandatario se conoció un día después de que él mismo dijera a periodistas en el Palacio da Alvorada de Brasilia, residencia oficial, que con la divulgación del boletín después de las 22 el telenoticiero de la red Globo, el más visto del país, ya no sería más «TV Funeraria».
Con el cambio, la red Globo se ha visto obligada a interrumpir en cualquier momento la transmisión de la telenovela de las 21 para entrar con un flash informativo sobre el balance diario del coronavirus, que alcanza más de 645.000 casos confirmados y 35.000 muertes, según el registro que ahora se pretende dar de baja.
Globo se pronunció en un comunicado y afirmó que «el público sabrá juzgar si el gobierno actuaba bien antes o si lo hace ahora» y reiteró que a pesar de los cambios seguirá informando el balance independiente de la hora de su publicación oficial.
El enfrentamiento entre Globo y Bolsonaro, quien no pierde oportunidad para atacar al poderoso imperio de comunicaciones al que culpa de tergiversar informaciones de su gobierno, trascendió las calles y en varias oportunidades simpatizantes del presidente interrumpieron transmisiones en directo e insultaron a reporteros.
En los primeros días de la pandemia, el entonces ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, quien salió del cargo por diferencias con Bolsonaro, presentaba un balance a las 17, y en su ausencia lo reemplazaba uno o varios de los altos miembros del gabinete ministerial.
Después de la salida de Mandetta, su sustituto, Nelson Teich, quien renunció también al cargo, pasó a delegar las ruedas de prensa a cuadros más técnicos de la propia cartera y ya con el actual ministro, el general Eduardo Pazuello, la divulgación se limitó a publicaciones en internet a las 19.
En su mensaje de este sábado, Bolsonaro añadió que los cambios permiten «acompañar la realidad y definir estrategias adecuadas para la atención a la población», con una «curva de casos y situaciones» más «precisa» en los «escenarios más críticos», a través de «reversión de cuadros y preparación», reprodujo la agencia de noticias EFE.
Con una divulgación anticipada, que deriva en «acumular datos» para el día siguiente, «se puede dejar de indicar que una mayor porción no está más con la enfermedad y eso no retrata el momento del país» y por eso «otras acciones están en curso para mejorar la notificación de casos y la confirmación diagnóstica», subrayó.
El más reciente boletín dejó de emitir algunos datos y el sitio del Ministerio de Salud con las informaciones completas disponibles estaba este sábado fuera del aire.
En una red social, el magistrado de la Corte Suprema Gilmar Mendes señaló que los datos del Ministerio de Salud «deben estar abiertos al público, a los gestores y, por tanto, a la prensa de forma consistente y ordenada».
La Asociación Brasileña de Prensa (ABI, por su sigla en portugués) comunicó, a su vez, que «mientras el número de muertos y contaminados alcanza niveles récord en el país, devastando la vida de millares de brasileiros, el gobierno de Jair Bolsonaro opta por dificultar el acceso a informaciones sobre el avance del virus».
El cambio en el conteo de casos y muertes incidió en el registro mundial que hace la universidad estadounidense Johns Hopkins, que hasta esta noche había quitado a Brasil y sus datos de su página web.
Esto hizo que también variara la cantidad de muertes en todo el mundo, que en cuestión de horas iba a superar las 400.000 y ahora esa cifra cayó a algo más de 362.000.