El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la presidencia de Brasil, Fernando Haddad, creció en las encuestas apadrinado por el ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, que se encuentra en prisión, pero aún sigue por debajo del ultraderechista Jair Bolsonaro.
A 17 días de los comicios, Haddad recoge entre un 16% y un 19% de la intención de voto, mientras que Bolsonaro, quien se recupera favorablemente de un ataque con cuchillo, tiene un 28%.
Lula logra sí que parte de sus votantes comiencen a seguir a su delfín. De llegar a un balotaje, el PT estaría asegurándose, mínimamente, su supervivencia en la arena política brasileña, algo que no estaba del todo claro cuando perdió el poder en el juicio político a Dilma Rousseff en 2016.
En esa hipotética segunda vuelta, no lo tendría fácil para ganar a Bolsonaro. De ahí que últimamente en las calles brasileñas se hable tanto del voto útil. Es decir, quitarle el voto a Haddad y dárselo a un candidato que sea más fuerte ante la amenaza de la ultraderecha.
En este momento y según las encuestas, el único que ganaría al ultraderechista en un balotaje está en el tercer puesto con un 13% de la intención de voto: Ciro Gomes, un hombre de centro-izquierda que tiene, además, una curiosa ventaja. Ha cambiado de agrupación con frecuencia en su vida política y eso le permitiría, llegado el momento, pactar con más agrupaciones que los demás y ganar adeptos ante Bolsonaro.
La transfusión de votos de Lula a Haddad aún no terminó, en opinión de quienes estudian las tendencias políticas, y Haddad puede llegar más reforzado a la segunda vuelta.
Bolsonaro promete privatizar
Bolsonaro prometió este domingo en redes sociales “extinguir” y “privatizar gran parte” de las empresas estatales del país, si gana las elecciones del 7 de octubre próximo.
“Asumí el compromiso de reducir el número de ministerios y extinguir y privatizar gran parte de las (empresas) estatales que hoy existen”, escribió el aspirante del Partido Social Liberal (PSL) desde el hospital en el que se recupera de la puñalada que recibió el pasado día 6 durante un mitin electoral.
Según Bolsonaro, los recursos que se destinan a las compañías públicas y un alto número de ministerios son “gastos innecesarios” que deben destinarse para “atender a la población”.