La fiscalía brasileña pidió el arresto de los jefes legislativos y a la vez líderes de la cúpula del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del presidente interino Michel Temer, en una nueva escalada del caso Petrobras que asedia al actual gobierno, a menos de un mes de su asunción en reemplazo de Dilma Rouseff, cuya destitución temporaria fuera denunciada como “golpe blando”.
El diario O Globo informó ayer que la fiscalía solicitó a la Corte Suprema encarcelar a Renan Calheiros, titular del Senado y primero en la línea de sucesión presidencial, y al senador Romero Jucá, ex ministro de Planificación de Temer, quien renunció hace 15 días tras ser acusado de obstaculizar la investigación de la causa.
El procurador general pidió asimismo prisión domiciliaria para el ex presidente brasileño José Sarney (1985-1990), de 86 años, y que se le coloque una tobillera electrónica.
Los tres “fueron grabados intentando interferir en las investigaciones de Lava Jato (lavadero)”, publicó O Globo, en referencia al nombre con el que se conoce la investigación para develar el escándalo que drenó miles de millones de dólares de Petrobras hacia partidos políticos.
También fue cursado un pedido para arrestar a Eduardo Cunha, jefe de los Diputados cuyo mandato fue suspendido por obstaculizar el proceso de investigación pero que siguió “interfiriendo en el comando de la cámara”, según detalló el periódico.
Los diarios Folha de Sao Paulo y Estadao también citaron a O Globo en base a una fuente sin identificar y precisaron que habían ratificado los datos por su lado.
Ni la fiscalía ni la Corte Suprema confirmaron a la AFP los pedidos de prisión ligados a una causa que amenaza con implosionar al sistema político brasileño y a la que muchos comparan con el proceso “Manos Limpias” que tuvo lugar en Italia.
Los pedidos de prisión estarían hace al menos una semana en manos del ministro de la corte suprema Teori Zavascki, que investiga el escándalo del Lava Jato, ya que la mayoría de los implicados tienen fueros y no pueden ser juzgados por la justicia común.
Gobernabilidad en jaque
Las potenciales detenciones de estos cuatro políticos cercanos al presidente son una amenaza para el gobierno, que a un mes de haber llegado al poder aún lucha por estabilizarse en medio de cuestionamientos a su falta de legitimidad, escasa popularidad y sospechas de corrupción.
Calheiros, Cunha, Sarney y Jucá integran la cúpula del partido de centro PMDB, que condujo Temer hasta poco antes de asumir la jefatura de Estado tras la suspensión de Dilma Rousseff, llevada a juicio político por presunta manipulación de las cuentas públicas, cuyo veredicto final está previsto para mediados de agosto, en plenos Juegos Olímpicos de Río-2016.
Calheiros divulgó ayer una nota donde asegura “que no practicó ningún acto concreto que pueda ser interpretado como una supuesta tentativa de obstruir la justicia” y calificó su pedido de arresto de “irracional, desproporcionado y abusivo”.
Jucá, otro de los grandes articuladores políticos de Temer, que tuvo un rol clave en la salida de Rousseff, también criticó la información.
La noticia también repercutió en la Cámara de Diputados, donde el Consejo de Ética debate la eventual destitución de Cunha, figura clave en el impulso del impeachment contra Rousseff, por haber ocultado cuentas en Suiza supuestamente abastecidas con dinero negro de Petrobras.
Delaciones y audios ponen en jaque a caciques políticos
La solicitud de arrestos del fiscal general Rodrigo Janot se basa en audios de conversaciones telefónicas tomados secretamente por Sergio Machado, ex presidente de Transpetro, una subsidiaria de Petrobras. Machado grabó a los caciques del PMDB para documentar su confesión y colaborar así con la Justicia a cambio de una reducción en su eventual condena.
Tras conocerse los primeros pasajes de las conversaciones, el senador Romero Jucá, flamante ministro de Planificación, debió renunciar.
A la semana siguiente cayó el ministro de Transparencia, Fabiano Silveira, también grabado criticando la operación Lava Jato.
Las llamadas «delaciones premiadas» son base de la gigantesca investigación del caso Petrobras, que ocasionó más de 2.000 millones de dólares en pérdidas a la empresa. Por este proceso ya fueron acusados o detenidos grandes empresarios como Marcelo Odebrecht, y líderes políticos como José Dirceu, mano derecha de Lula durante su primera presidencia.