Las centrales sindicales brasileñas realizaron este viernes la primera huelga general contra el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, con el rechazo a la reforma del sistema previsional como principal reclamo, sumado al recorte del presupuesto educativo.
La medida de fuerza fue convocada por la Central Única de los Trabajadores (CUT) y por Fuerza Sindical, las dos organizaciones más importantes y tradicionalmente enfrentadas entre sí. También respaldaron las medidas las otras diez organizaciones gremiales de alcance nacional.
En San Pablo, la ciudad más poblada del país y capital económica, la huelga afectaba parcialmente el subte, con algunas estaciones cerradas en las primeras horas de la mañana, pero no se sentía en los colectivos urbanos, que circulaban con normalidad.
Los sindicatos de profesores estatales y municipales también adhirieron a la medida, que también respaldaron los bancarios del estado de San Pablo, el más rico de Brasil.
El Sindicato de los Metalúrgicos del gran San Pablo indicó que en el cordón industrial paulista el paro fue apoyado en muchas fábricas, entre ellas la planta de Mercedes Benz.
Este viernes, en una sesión de la comisión de la Cámara de Diputados en la que se está discutiendo el proyecto de reforma previsional, la huelga se coló en el debate.
La diputada Gleisi Hoffmann, líder del opositor Partido de los Trabajadores (PT), dijo que la reforma es cuestionada “no solo por la oposición” y se mostró confiada en que la huelga iba a “parar el país”.
El paro se sintió muy fuerte en San Pablo, Río de Janeiro y la capital Brasilia, donde hubo bloqueo de rutas y avenidas con barricadas con miles de personas en las calles protestando.
En Brasilia se registraron alteraciones en el transporte, con un paro total de choferes de colectivos y con los conductores de subte manteniendo una huelga parcial que cumple 40 días.
En la capital tampoco hubo clases en varias escuelas públicas ni en la Universidad de Brasilia.
Expectativas sindicales
Los sindicatos realizaron la huelga general contra la polémica reforma de las jubilaciones de Bolsonaro, pese a que el proyecto que llegó al Congreso anteayer tuvo recortadas algunas de sus aristas más polémicas.
Esas modificaciones “no cambian nada”, dijo a la AFP a través de su asesoría de prensa el presidente de la CUT, Vagner Freitas, en la víspera del paro.
“Los principales sindicatos –CUT, UGT, Força Sindical– buscaron repetir una jornada similar a la que en abril de 2017 paró el país contra la flexibilización de la legislación laboral y otro proyecto de reforma de las jubilaciones impulsadas por el entonces presidente Michel Temer.
Promesa de campaña
La reforma de las jubilaciones fue uno de los pilares sobre los que se basó la campaña del ultraderechista Bolsonaro, que incluyó el apoyo de los mercados. El ministro de Economía, Paulo Guedes, la define como la llave maestra para reducir el déficit público.
El proyecto inicial contemplaba un ahorro de casi 1,2 billones de reales en 10 años (más de 300.000 millones de dólares al cambio actual). Pero las medidas para conseguirlo son impopulares y generan resistencia entre los legisladores, que deben aprobarlo por una mayoría de tres quintos para que entre en vigor.