El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, negó que se encuentre negociando cargos para una eventual asunción como jefe del Estado en caso de que la mandataria Dilma Rousseff pierda su puesto como consecuencia del juicio político que se le sigue en el Congreso.
«Quiero dejar registrado sobre que yo estaría negociando cargos, recibiendo parlamentarios y partidos para hacer negociación de cargos: soy muy requerido pero no trato estos asuntos, no trato temas sobre lo que pueda o no pueda ocurrir», escribió Temer en su cuenta de Twitter.
Es la primera reacción desde que la fuerza que preside, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), abandonó el martes el apoyo a Rousseff, aunque cinco ministros que pertenecen a su sector han declarado hasta el momento fidelidad a la mandataria.
Temer dijo que «jamás buscaría influenciar a otro poder» del Estado, al salir al cruce de versiones de prensa que indican que parte del PMDB, en especial el presidente de la Cámara de Diputados, el opositor Eduardo Cunha, accionarían para enfrentar la Operación Lava Jato, que investiga la corrupción en la empresa Petrobras.
El vicepresidente estuvo reunido en San Pablo con 40 empresarios, a quienes les presentó el plan de gobierno del PMDB llamado «Puente para el futuro» que incluye la reforma laboral y jubilatoria, según dijeron varios hombres de negocios a la agencia de noticias brasileña Estado.