El secretario de Comercio de la Nación, Miguel Braun, defendió este viernes la apertura que el gobierno de Mauricio Macri le está imprimiendo a la economía y advirtió que “vivir con lo nuestro ha demostrado ser un fracaso”, en una crítica a la economía regulada y semicerrada que intentó el kirchnerismo.
“Nosotros creemos en un camino intermedio. Ni noventismo –por las políticas aplicadas por Carlos Menem en los 90–, ni kirchnerismo de vivir con lo nuestro”, señaló.
El secretario de Comercio afirmó que el “vivir con lo nuestro” es responsable de que el 28,6 por ciento de la población argentina siga por debajo de la línea de la pobreza, mientras otros países han crecido “mucho más rápido”.
El funcionario dijo que “no hay dudas” de que si la Argentina quiere ser un país “más desarrollado” debe seguir abriendo su economía y fortaleciendo su “integración” con el mundo a través de acuerdos comerciales.
Vivir con lo nuestro es un libro escrito en la década del 70 por el ya fallecido economista de extracción radical Aldo Ferrer, que fue reivindicado durante el kirchnerismo.
“El planteo del gobierno es que el rumbo debe ser gradual, no como fue en lo ´90 cuando hubo una apertura muy rápida que terminó golpeando fuertemente al tejido industrial argentino”, dijo el funcionario en declaraciones a Radio Con Vos.
Braun explicó que el planteo del gobierno es que “hay que ir de a poco, y a medida que vayamos siendo más competitivos, y mientras el gobierno haga su parte, se le haga la vida más fácil a las empresas”.
Al marcar diferencias con la línea económica del gobierno estadounidense de Donald Trump, el funcionario aseguró que las políticas en la Argentina tienen que apuntar a la competitividad, a salir al mundo y “no al vivir con lo nuestro, que ha demostrado ser un fracaso”.
Braun dijo que tampoco el gobierno debe ser “ingenuo” como lo fue la gestión de Carlos Menem en los 90, cuando hubo “una apertura unilateral sin política industrial”.
Negociación con Estados Unidos por los aranceles
El secretario de Comercio aseguró que la decisión de la administración Trump de dejar en pausa la aplicación de los aranceles contra el acero y el aluminio argentinos “es un triunfo parcial porque todavía no es la decisión definitiva”.
“Tenemos un mes para seguir negociando y terminar de convencer a los Estados Unidos de que no nos aplique los aranceles definitivos”, dijo el funcionario.
El año pasado la Argentina le exportó a los Estados Unidos 700 millones de dólares en aluminio y acero; para el aluminio el norteamericano es el principal mercado de exportación.
“Son productos para los que hay mucha competencia mundial y un arancel del 10 por ciento para el aluminio y del 24 para el acero te puede dejar afuera del mercado o golpear muy fuertemente la rentabilidad”, sostuvo Braun.