La mitad de los trabajadores despedidos de Bravo Energy volverán a las tareas el próximo lunes cuando la planta reabra las puertas. Así lo confirmó el secretario General del Sindicato del Petróleo, Gas y Biocombustibles, Rubén Pérez. Son 18 trabajadores de entre 20 y 35 años que firmaron un acuerdo con los dueños que la llevaron al cierre hace un mes. Trabajarán con aceites usados y se encargarán de la compra y reventa hacia otras plantas de refinación. Según explicó Pérez, los titulares se comprometieron a depositar 25 mil pesos en dos partes a cuenta de la deuda pendiente. El resto de los trabajadores firmaron un acuerdo particular en el cual los empresarios pagarán parte de la indemnización.
“Todos los trabajadores quieren volver. Nosotros apostamos al futuro y buscamos que se reabra una fuente de trabajo. Vamos a tratar de confiar en la buena voluntad de los dueños”, dijo a El Ciudadano, el dirigente sindical.
El lunes la fábrica ubicada en la ruta provincial 10 y autopista Rosario-Santa Fe reabrirá las puertas. Lo hará bajo la órbita de los mismos dueños que las cerraron a mediados de agosto sin previo aviso. Dejaron a 35 trabajadores en la calle. Los empresarios son tres estadounidenses que viven en California y un argentino, Marcelo Calvo, que vive en la ciudad bonaerense de Pilar.
Los 18 se reincorporarán e iniciarán el lunes la jornada laboral con horario completo. En una audiencia celebrada ayer en el Ministerio de Trabajo la empresa expresó la voluntad de afrontar la deuda. El acuerdo prevé el pago de una suma en concepto de salario, premios y retroactivos de junio y julio sin pagar. El saldo restante, deberá cancelarlo una vez reiniciada la actividad en la planta.
El resto de los trabajadores despedidos firmaron el martes un acuerdo particular donde la empresa se comprometió a pagar una parte de la indemnización.
Según aseguraron desde el gremio del petróleo, para los accionistas Bravo Energy es un negocio rentable. Sin embargo, presentaron la convocatoria de acreedores.
El cierre
El viernes 18 de agosto los trabajadores de la planta de residuos químicos encontraron el portón cerrado con candado. La empresa, presente en Estados Unidos, México, Chile y Argentina, acumulaba deudas fiscales, a proveedores, el gremio, y a los trabajadores. Debe el salario completo de julio y la mitad de junio. La compañía adujo que su negocio era inviable en el país porque su producción demanda un alto consumo de electricidad y gas, y las tarifas se dispararon en el último año y medio.
Bravo Energy se dedicaba al reciclado de aceite usado y su procesamiento para transformarlo en combustible. También a la destrucción certificada de desechos contaminantes, el transporte de sustancias peligrosas y eliminación final de residuos. Entre sus clientes figuran las petroleras Shell y Exxon, la automotriz General Motors, la aerolínea LAN y Walmart.