La banda de rock Bravos Muchachitos se presentó el fin de semana en un bar de la capital jujeña, con un estricto protocolo sanitario por el aislamiento social por el coronavirus, y recordó con un minirecital emblemáticas canciones de los Redondos de Ricota.
El show se realizó en el bar Zeppelin, ubicado en el centro de San Salvador de Jujuy, en la fría noche del sábado y se convirtió en uno de los primeros espectáculos de música en vivo desde que se dispuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio por el coronavirus.
La banda, que lleva siete años girando por los escenarios, en la actualidad está integrada por Franco Barrios (primera guitarra), Víctor Rodas (segunda guitarra), Neif Daadin (saxo), Carla Leguizamón (coros), Pablo Paudoski (batería), Franco Tarifa (bajo), y Saúl «Sauleli» Salas en la voz, quienes a su vez suman en cada presentación a músicos de la región.
Las restricciones y protocolos de prevención obligaron al grupo a presentarse con una formación reducida con guitarra, saxo y voz, pero eso no impidió que sus seguidores disfrutaran de legendarias obras del rock nacional.
«Tarea fina», «Gualicho», «Música para pastillas», «Esa estrella era mi lujo», «Ángel de la soledad», «Mi genio amor» e «Infierno encantador» fueron sólo algunos temas elegidos que provocaron el coro espontáneo de los seguidores del show, que finalizó poco antes de la 1 del domingo con canciones de Callejeros y Gardelitos.
«La idea de volver a tocar en un escenario era muy deseada, muy esperada y quizás sirvió para arrancar y se vivió como algo extravagante ir a un bar a escuchar a la banda después de tanto aislamiento», dijo Sauleli a la agencia de noticias Télam, en relación con el parate que obligó a los músicos a detener sus presentaciones.
Sobre el proyecto musical, el vocalista relató: «Somos fanáticos de los Redondos de Ricota y queremos transmitir esa hermosa música que identifica a gran parte del público que conocemos y nos siguen».
«Fue un minirecital maravilloso», expresó, y si bien reconoció que existía un contexto inusual por el hecho de que no podía generarse «el famoso pogo y la algarabía, el público acompañó, aplaudió y siguió con los coros».
Según lo dispuesto por el Comité Operativo de Emergencia de Jujuy, los bares están autorizados a abrir sus puertas pero deben reducir su capacidad de clientes un 50 por ciento, cumplir con el distanciamiento entre mesas y los músicos que suban al escenario no pueden ser más de tres. Durante el espectáculo solo quedaron habilitadas 12 mesas que reunieron a unas 60 personas, la mitad de la capacidad del local, que tuvo una gran demanda previa de reserva.
Por su parte, el saxofonista Daadin recordó que la banda tenía previsto dar un show en ese mismo espacio «como la previa de Los Gardelitos que tenían que presentarse en Palpalá», pero como el presidente Alberto Fernández decretó el aislamiento social obligatorio «se cortó todo».