El ex defensor del seleccionado alemán, Andreas Brehme, autor de gol que le dio el título mundial en Italia 1990 a los germanos ante Argentina, recordó aquella final jugada hace 30 años y criticó el juego del equipo de Carlos Bilardo al expresar: «Argentina no nos llegó nunca en 90 minutos y nunca quiso jugar».
Brehme, nacido en Sttutgart hace 59 años, señaló con un tiro desde el punto penal, tras una controvertida sanción del árbitro mexicano Edgardo Codesal, el único gol de la final a los 85 minutos de juego en el estadio Olímpico de Roma.
«En Argentina deberían estar contentos de haber llegado a la final. Argentina no tuvo oportunidad de anotar ni en un corner, ni en nada. Ni siquiera querían jugar, fue la final más unilateral en la historia de la Copa del Mundo», dijo Brehme en un extenso reportaje en la revista alemana de fútbol Kicker.
El ex marcador de punta, quien jugó 86 cotejos e hizo ocho goles en el seleccionadoa alemán, agregó sobre el equipo que lideraba Diego Maradona: «Argentina no jugó un buen Mundial, su único partido bueno fue la semifinal contra Italia. En la final deberíamos haber estado 4-0 después de 20 o 25 minutos».
El penal ante Argentina lo debió haber pateado Lothar Matthäus pero el ex Bayer Munich se lo cedió a Brehme, quien dio detalles sobre esa situación que le valió muchas criticas al capitán, acusado de falta de temple para ejecutarlo.
«Lothar no se sentía seguro porque había cambiado sus botines en el entretiempo y eramos tres o cuatros los designados. Tuvo la grandeza de dejármelo, es injusto lo que dicen, pensó en el equipo y si lo erraba nos perjudicaba a todos», dijo el campeón mundial.
Sobre es esa ejecución, el ex Inter, Zaragoza y Bayern Munich señaló: «Nunca hay garantía. Pero cuando llegas al punto penal ya deberías estar bastante seguro y tener confianza. se me hizo difícil al posponerse la ejecución porque los argentinos lo discutieron con el árbitro y no entregaban la pelota».
Para Brehme no hubo cuestión de práctica en la ejecución: «No puedes practicar los penales, la situación de presión en el juego es completamente diferente. Hay 50 tipos en un entrenamiento y en la final de la Copa del Mundo había 73.000 en el estadio. Pero nadie me silbó, porque además de los hinchas alemanes, los italianos también estaban de nuestro lado».
Por último, Brehme recuerda la presión de su compañero Rudi Voeller, a quien Roberto Sensini le cometió la infracción que originó la diferencia final, antes de patear el penal.
«Me preocupaba por ver la posición del arquero argentino Sergio Goycochea y de repente detrás mio apareció Voller y me dijo «si lo hacés somos campeones del mundo» lo mire y le dije «muchas gracias Rudi, amigo».