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Brooke Shields revela que fue violada en un documental que conmociona al Festival de Sundance

La actriz presentó la película sobre su vida "Pretty Baby: Brooke Shields" en el certamen estadounidense dedicado al cine independiente; es un trabajo donde habla de los abusos sufridos y de cómo Hollywood la sexualizó cuando era apenas una niña de 11 años

Como cada año, el Festival de Cine de Sundace, el más importante de la producción independiente a nivel planetario que se lleva a cabo durante las dos últimas semanas de enero en el poblado de Park City, cerca de Salt Lake City, la capital del estado de Utah, en Estados Unidos, marca la agenda del séptimo arte para lo que resta del año.

La gran novedad por estas horas, que convirtió al festival en un verdadero tembladeral, es el estreno de un documental titulado Pretty Baby: Brooke Shields, el film de dos partes producido por la plataforma Hulu y que cuenta la historia de la actriz de La laguna azul que dejó a todos sin palabras.

En el film, del cual se vieron las dos partes de manera consecutiva, Shields cuenta su compleja historia en primera persona y allí detalla cómo fue violada con apenas 20 años por alguien perteneciente al mundo de la industria del cine.

En el documental, la actriz no dice el nombre del violador, pero sí cuenta cómo en un momento donde había dejado de llegarle trabajo, un hombre le propuso cenar para discutir sobre un proyecto que tenía pensado para ella. Al acabar la cena le dijo que fuera al hotel con él y allí le pediría un taxi. En la habitación, tras unos minutos, él llegó desnudo y se abalanzó sobre ella, algo que en el film describe como una escena de “lucha libre”.

La consagrada actriz, en la actualidad con una carrera en la televisión, con lágrimas en los ojos, explica a lo largo de varios minutos los pensamientos que corrían por su cabeza en ese momento: cómo pensó en huir y gritar, pero por miedo a que este hombre ajersa sobre ella aún más violencia decidió no resistirse. “Me congelé por completo. Sólo pensé «mantente con vida y sal de ahí». Y simplemente me callé”, añade en parte del metraje.

También cuenta que sólo su persona de confianza y guardaespaldas, Gavin de Becker, lo supo en aquél momento. Fue él quien le dijo que eso era una violación, pero ella vivió negándoselo a sí misma. Incluso llegó a escribir una carta a su agresor por la que nunca obtuvo una respuesta.

También detalla que, como ha pasado con muchas mujeres antes de la presente era del #MeToo, durante mucho tiempo se sintió culpable de lo que había pasado. “Me decía a mí misma «no debería haber bebido en la cena, no debería haber subido a la habitación»”, pero en un momento decidió que era suficiente y parte de su forma de afrontarlo es contarlo en este trabajo del que por estas horas habla todo Estados Unidos.

“Simplemente levanté las manos y dije: «Me niego a ser una víctima porque esto es algo que sucede sin importar quién seas y sin importar si estás preparada o no». Quería borrar todo el asunto de mi mente y de mi cuerpo. El sistema nunca había venido a ayudarme, así que tenía que ser fuerte por mi mí misma”, continúa en el film, según reproducen agencias internacionales.

El testimonio de Shields es durísimo y es, al mismo tiempo, la muestra palmaria de todos los abusos sufridos por las mujeres en una industria donde dominaba la cultura de la violación y el abuso de poder de grandes empresarios y productores como es el caso de Harvey Weinstein, hoy cumpliendo una condena por ese motivo. Son sus palabras las que elevan este trabajo dirigido por Lana Wilson, que también realizó el documental de Netflix sobre Taylor Swift, Miss Americana, con una impronta cercana.

En Pretty Baby: Brooke Shields, la actriz repasa junto a sociólogas, feministas y amigas como las actrices Laura Linney y Drew Barrymore, su carrera desde que se hiciera popular con 11 años, cuando en 1978 estrenó, precisamente, la siempre polémica Pretty Baby, donde parece desnuda siendo menor de edad.

También se destaca una vida marcada por una relación muy compleja con su madre, que también fue su agente y representante, y sus problemas con el alcohol, siendo ella el sustento de su familia.

Uno de los pasajes de «Pretty Baby».

De hecho, Pretty Baby muestra la sexualización a la que la actriz fue sometida por la industria del cine, la televisión y la publicidad desde que era una niña. El documental toma como título el del film de Louis Malle que, cuando tenía 11 años, la desnudó para su película, donde daba vida a una prostituta en 1917 en Nueva Orleans. Sin haber dado un beso a un chico de su edad tuvo que hacerlo en la boca de Keith Carradine, 16 años mayor que ella, y que entonces rondaba los 30.

Lo mismo ocurrió con la recordada La laguna azul, mítica película donde dos jóvenes se pierden en una isla paradisiaca. La actriz, por entonces de 15 años, se pasea desnuda durante gran parte del metraje y tuvo escenas de sexo que se usaron como estrategia de marketing. Shields recuerda que el film, dirigido por Randal Kleiser, fue vendido como su propio despertar sexual. Pero todo eso lo cuenta ahora, con 57 años y desde su madurez, después de haber reflexionado, trabajado mucho y entendido lo que estaba pasando por aquellos años.

A lo largo del film, completan y acompañan su relato, referentes del feminismo que cuentan cómo la sexualización de las menores fue una respuesta del patriarcado a la segunda ola del feminismo. De hecho, en el documental también aparece fuertemente un nombre que se ha repetido mucho en los últimos meses, el del realizador Franco Zeffirelli, fallecido en 2019.

El director fue acusado hace unas semanas de haber presionado y engañado a los actores de su versión de Romeo y Julieta, en 1968, para que salieran desnudos a pesar de ser menores. Ahora, Shields recuerda la tortura que fue rodar para Zeffirelli Endless Love, de 1981, conocida en la Argentina como Amor eterno, donde se le pedía fingir un orgasmo y para ello el director italiano llegó a pellizcarla directamente puesto que no estaba conforme con el rostro de una actriz que, como confiesa en el documental, no sabía qué era lo que el director le estaba pidiendo en ese momento.

La icónica «La laguna azul».

La cima de su sexualización por parte de la industria llegó en unos anuncios de Calvin Klein que, con 16 años, la mostraban de forma sugerente en unas imágenes que fueron muy criticadas y que hicieron que la venta de jeans de la marca creciera en un arrasador 300 por ciento.

Años después, algo alejada de la industria a la que regresó con el tiempo, concurrió a la universidad, algo que para ella fue fundamental. Se separó de su madre, y por primera vez sintió que pensaba por sí misma, algo que empezó a poner en práctica y que la trajo hasta el presente. Fue casi el inicio de una rebelión que no le gustó para nada a la industria. “Una actriz que piensa por sí misma no era lo que quería Hollywood”, dice Shields en uno de los duros momento que atraviesa en el documental.

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