El puesto de arquero en fútbol es uno de los más amplios y de difícil coincidencia a la hora de elegir al mejor. Depende del gusto de quien tenga la oportunidad de elegir. Estilos, técnica, valentía, son algunos de los atributos que debe tener un arquero. Y a partir de ahí el gusto personal, está quien prefiere los sobrios, otros los que tienen tendencia al riesgo, los de estilo arriesgado que tientan al rival y pueden pasar por sobradores o cancheros. Los correctos y los valientes. Los que juegan adelantados (Angel Comizzo, era el mejor), los que se sueldan a la línea (Sebastián Peratta, a la cabeza).
Hoy Argentina no tiene el «arquero». El indiscutido, ese que se pone solo sin tener que nombrarlo. Pero sí hay muchos buenos, jugando en el país y en el exterior. Central, por su parte, tiene una disyuntiva pendiente. Juan Pizzi le perdió la confianza a Jorge Broun y lo reemplazó por el juvenil Manuel García. Pasó de un estilo arriesgado y valiente, a uno que se mostró más sobrio. García parece un arquero correcto, de buen dominio de área (es un punto muy importante), seguro en las alturas, y un atajador correcto. Pero, su cuerpo no responde al molde del momento. Bien podría encuadrarse dentro de la línea del velezano Marcelo Barovero, con más físico de contador que arquero, pero poseedor de un sentido único para estar siempre en el lugar justo. Bien, García parece ir por ese camino, no es espectacular, pero sabe caminar su zona.
Una lesión, después de un error grave, aunque en el mismo fue víctima de infracción, le abrió la puerta a Broun. Y Fatu es el típico arquero tan odiado como idolatrado por sus hinchas. De juego arriesgado muchas veces pasa por canchero, el año asado vivió su peor temporada. La gente le perdió el respeto, y él no pudo recuperarlo. La llegada de Pizzi no cambió demasiado el panorama, no se lo veía confiado, discusiones en pleno partido generaban dudas por todos los costados. Pero, el correctivo causó efecto. Y el domingo Broun fue tapa de todos los suplementos deportivos, Si bien Central pudo ganar el partido ante River por su juego, de no ser por Broun bien pudo haber perdido. Su tarea no tuvo fisuras, Leo Talamonti lo envolvió en una duda en el final del partido ante el juvenil Ríos, pero el palo lo salvó de la crítica.
Por potencia, es extraordinaria la pelota que saca cuando Lequi peinó contra su arco, solo por su fortaleza física pudo llegar contra el palo, por confianza, estilo intimidatorio, Broun está en la línea de los buenos arqueros que hay en Argentina. En un improvisado ranquing, para quien escribe éstas líneas, hoy figuran: Saja, Orion, Barovero, Assman y Broun. Claro que todo dentro del subjetivo análisis que el puesto impone.