El fiscal federal 2 de Santa Fe, Walter Rodríguez, le atribuyó al empresario rosarino Luis Alberto Paz la posesión de 18 autos y 8 inmuebles que, sostiene, compró con recursos provenientes del narcotráfico. El dato es uno de los que se desprenden del pedido de elevación a juicio oral que el fiscal cursó en la causa por la que el padre del asesinado Martín “Fantasma” Paz fue detenido en diciembre último.
Luis Paz está procesado por lavado de activos y como organizador de una banda narco. En el requerimiento de elevación a juicio figura como probado por Fiscalía que Paz acumuló, en forma directa o mediante testaferros identificados, un patrimonio de valor incompatible con los ingresos declarados.
“El patrimonio del nombrado aparece compuesto injustificadamente –cuanto menos– por un total de 18 vehículos y ocho inmuebles, lo cual demuestra una evidente asimetría entre sus ingresos lícitos acreditados”, argumentó el fiscal.
Rodríguez agregó que se puede “concluir que el valor de los bienes cuya adquisición, venta, transmisión y disimulación constituyen materia de imputación, supera de forma manifiesta la renta que el imputado podría haber producido de manera lícita”.
Camiones, alta gama y rodados menores
El detalle elaborado por Rodríguez sobre el patrimonio de Paz al momento de su detención incluye: un Renault Logan 2012, un Volkswagen Bora del mismo año, una pick up Amarok, una Ford Ranger 2001 comprada en 2016, un Fiat Palio 2017, un Fiat Siena 2005 y una camioneta Jeep Grand Cherokee 2006 adquirida en 2011 por su ex esposa, entre otros.
A lo anterior, el fiscal agrega tres camiones, un Mercedes Benz, un Fiat y un Scania, más tres semirremolques marca Montenegro. Todos ellos, indica el texto, fueron integrados al patrimonio del acusado a través de la sociedad Paz SRL, constituida en enero de 2011 e integrada por Mercedes y Belinda Paz, hijas del acusado, y su ex esposa Ana María Ferrari.
Del análisis de la información societaria, Rodríguez descubrió que se incorporaron después como socios –mediante el aumento del capital– un hijastro de Paz, identificado como Emanuel “Enano” Maximiliano González, Fernando Andrés González y Beatriz María del Luján González. Ellos fueron los que “aportaron” los semirremolques a la sociedad comercial. Para el fiscal, teniendo en cuenta que los nuevos socios no poseían ingresos como para justificar esos aportes, fue una maniobra para disfrazar los bienes del propio Luis Paz, ya que luego fueron vendidos.
Son ocho, todo costoso
Retomando este último requerimiento en la causa de Paz, también se mencionan ocho inmuebles, también apropiados a través de sociedades o prestanombres, los que Paz adquirió en el período bajo análisis. Entre ellos se destaca una vivienda en el country Los Molinos de Recreo. También, un terreno de 2.054 metros cuadrados con 1.097 edificados en Rosario que incluye dos galpones contiguos. Además, un departamento en la misma ciudad en el que fue detenido con drogas otro de los seis imputados en la causa por narcotráfico. La lista se completa con una mansión en bulevar Rondeau al 3900.
Una escucha realizada a Graciela Franco, actual pareja de Paz, es la de una conversación con un agente inmobiliario en la que se dice que la mansión de barrio La Florida “tiene un precio de venta estimado de 420.000 dólares”. Y que otra que posee en Fisherton cotiza 520.000 en la misma moneda.
La causa federal de Enano González
El hijastro de Paz ya tiene una causa en el fuero federal por infracción a la ley de estupefacientes. En mayo del año pasado y en una causa que también tramita el fiscal Rodríguez, Enano Gonzáles y el policía Edgardo “Cabezón” Baigoría –quien prestaba servicios en la comisaría de San José del Rincón y es hermano de un ex titular de Drogas Peligrosas y también ex subjefe de la Policía de Santa Fe– fueron procesados como cabecillas de una organización narco que adquiría, transportaba y comercializaba cocaína y marihuana, desde Bolivia y Paraguay, en la capital provincial y ciudades aledañas. Junto a la dupla, también fueron acusados por el juez federal Francisco Miño los gendarmes Omar “Perro” Sosa y Santiago Armando Alejo, el arbolito Carlos “Tincho” Ferrero, quien realizaba las operaciones con moneda extranjera, y el vendedor de estupefacientes Carlos Alberto Mansilla, siempre según la acusación.
