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Buenos productos y baratos

Por: Luciana Sosa. La cooperativa La Esperanza, que dirige Nélida Chitarroni, fabrica productos de limpieza “mejores que los de los supermercados” y a menor precio que “los de marca”. Y confía en que los vecinos respondan.

Jóvenes discapacitados mentales trabajan a diario en la cooperativa La Esperanza (Ricchieri 139) desde 1988. Aprenden a funcionar en equipo, se instruyen en el oficio y esperan por los ciudadanos que compren su producción. “Aquí la calidad es igual o mejor que los productos que se venden en los supermercados, de marcas costosas, pero nuestro precio es menor”, confió a El Ciudadano Nélida Chitarroni, presidenta de la entidad.

De lunes a viernes, en turnos de 4 horas, los chicos cumplen todo tipo de función: desde el manejo del telar para los trapos de piso, hasta la pintura para los caminos de mesa y trapos de pisos, el envasado de productos de limpieza, el ensamblado de lavarropas y ventiladores de techo, el lavado y planchado de ropa en su sector de lavadero y los trámites administrativos que se realizan en la entidad. “Aquí todos hacemos todo, porque sabemos hacerlo, o aprendemos”, dijo Chitarroni.

La mujer explicó que la cooperativa surgió de la idea de un grupo de padres que se reunían para trabajar en conjunto con las olimpíadas especiales de las cuales participaban sus hijos.

A lo largo de unos ocho años se unieron para que sus hijos tengan una oportunidad, hasta que se notó el crecimiento de los mismos y la instancia de implementar otro estilo de vida.

“Afortunadamente hubo gente que apoyó la idea y pudimos salir adelante, con mucha lucha pero salimos”, dijo la presidenta de la entidad que fue creada en 1987, pero recién tuvo entidad jurídica un año más tarde.

“La tuvimos que pelear mucho, porque como son discapacitados, no aceptaban que estén al frente de una cooperativa. Nos obligaban a ser centro de día u otro lugar de contención. Acá los chicos, entre ellos mi hijo, aprenden a trabajar y lo hacen muy bien, por qué guardarlos en cajitas de cristal cuando lo que quieren hacer es vivir”.

Por otro lado, la mujer, mencionó que La Esperanza es la única cooperativa trabajada por discapacitados mentales en toda Latinoamérica. Sobre su trabajo en la entidad, expresó: “No hay mucho que decir sobre mi trabajo aquí, me ocupo todo el día, todos los días, para que los chicos sean felices, se sientan bien, y eso me hace, simplemente, feliz”.

¿Las mujeres en casa?

Chitarroni señaló con preocupación que en la cooperativa tienen muy poca participación de mujeres. “No qué por qué será, pero aquí vienen varones, y apenas unas dos mujeres, eso me preocupa porque noto que las madres les enseñan a sus hijas a realizar los quehaceres de una casa y nada más, como si eso fuera lo único que ellas pueden aprender”.

A su vez, destacó la importancia de la comunicación entre varones y mujeres discapacitados para así fomentar la convivencia, “si ellas no se hablan con nadie, ¿cómo lograremos que se acepten entre ellos?”.

Deportes y algo más

La vivienda de Ricchieri 139 tiene una cancha donde además de fútbol también se practica básquet de 17.30 a 19.30. Además, hay un salón anterior donde los martes hay clases de salsa y merengue. En el mismo espacio se trabaja con la ropa de los vecinos que reciben para el servicio de lavandería. “Por suerte los vecinos nos apoyan mucho, tenemos muchos clientes en el servicio de lavandería y también trabajamos con unos geriátricos de la zona y con el hospital de Niños Zona Norte”.

José López, secretario de la cooperativa, expresó a este medio que a diario se conocen algunas historias de los chicos y sus familias sobre discriminación. “A veces vienen deprimidos porque sintieron el rechazo de gente cercana, inclusive miembros de su familia y eso es un trabajo duro de llevar. Acá encuentran contención y se sienten bien por sí mismos, y eso es lo que nos gratifica”, dijo, “pero al ver las estanterías llenas, sin que los limpiadores o trapos se vayan, a veces las preguntas sobre por qué no se eligen sus productos aparecen y ya no sabemos qué responderles”.

Cabe señalar que la diferencia en los precios es importante: un repuesto del limpiador Mr Músculo está en el mercado cerca de los 7 pesos, mientras que el mismo producto, elaborado por la cooperativa, tiene un precio de 4,90 por litro; los 5 litros de desodorante líquido tienen un valor de 10 pesos, y la cera para madera y para mosaicos se comercializa a 15 pesos el litro.

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