Esta semana, la Argentina volverá a tener un fuerte respaldo político desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su larga batalla contra los fondos buitre.
Será cuando el comité “ad hoc”, formado exclusivamente para tratar la imposición de trabas al accionar de los fondos especulativos y la alternativa de la creación de un marco regulatorio para proteger los procesos de reestructuración de las deudas soberanas, tenga su segunda reunión. El primer encuentro de este tipo ocurrió en febrero pasado, mientras que está también en agenda una tercera cumbre, siempre bajo el amparo de la ONU, para que finalmente haya un tipo de tratado o pacto internacional que limite el accionar de los fondos que no ingresen en los procesos de reestructuración de deuda, luego de que haya una mayoría de acreedores que esté de acuerdo con una fórmula oficial para salir del default.
Obviamente, si se llegara a un acuerdo final este año (descartando que en 2015 no habrá negociaciones ni alguna solución al “juicio del siglo” entre el país y los holdouts), éste no alcanzará al conflicto argentino ya que será una solución a futuro. Sin embargo, representará el apoyo político más importante con que cuente el país en su batalla contra Paul Singer y compañía y servirá para fortalecer hacia delante la posición negociadora local.
Políticamente, las expectativas del gobierno de Cristina de Kirchner apuntan a que el final de su gestión termine con un acuerdo internacional aprobado por las Naciones Unidas. La idea del kirchnerismo es que éste sea el capítulo final de la gestión presidencial ante el “juicio del siglo”, y que cualquier tipo de avance (o retroceso) en el juicio de Nueva York ante el juez Thomas Griesa termine siendo encarado por el próximo gobierno.
El encuentro en la sede de la ONU en Nueva York comenzará hoy y se extenderá hasta el jueves, cuando se espera que haya un comunicado final apoyando la creación de un marco regulatorio. En general, la mayoría de los Estados apoya la aplicación de regulaciones. Sin embargo, la importancia de los votos negativos es la principal traba para que se avance en los límites al accionar de los fondos buitre ya que, al menos hasta ahora, Estados Unidos, Suiza, Gran Bretaña, España y Holanda, entre otros, no avalan la posición mayoritaria.
La última reunión sobre este tema en la ONU fue en febrero pasado donde, entre otros, hablaron y pidieron que se avance en las restricciones el ex ministro de Economía colombiano y actual profesor de la Universidad de Columbia, José Antonio Ocampo; Richard Kozul Wright, de la Conferencia de ONU sobre Comercio y Desarrollo; Benu Schneider, encargado del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de ONU; Anna Gelpern, profesora de Derecho de la Universidad de Georgetown, y James Haley, director Ejecutivo de Canadá en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). También intervinieron reclamando restricciones a los fondos buitre el asesor legal principal de la Corte Permanente de Arbitraje, Garth Schofield; el profesor de la Universidad de Boston Kevin Gallaher; el experto independiente del Club de París Enrique Cosio-Pascal y la profesora de Derecho de la Northeastern University Sonia Rolland. Además, hablaron los profesores Robert Kuttner, de la Universidad Brandeis; Odette Lienau, de la Universidad de Cornell; y Mark Weidemaier, Yilmaz Akyuz, economista superior de la organización The South Center; el profesor de la Universidad New School Barry Herman, y el experto de la Universidad de Columbia Martín Guzmán.
Curiosamente, ante la sede de la ONU en Nueva York también expuso abiertamente a favor de aplicar límites a las trabas para acelerar procesos de reestructuración de deudas el presidente de la compañía Greylock Capital, Hans Humes. En su momento, éste fue uno de los primeros fondos buitre que compraron deuda argentina a punto de caer en default entre noviembre y diciembre de 2001. Sin embargo, luego de la reestructuración de deuda de 2005, Greylock aceptó ingresar al canje y desde ese momento expuso una posición favorable al país. Inclusive, presentó escritos ante Griesa como “amicus curiae”, buscando que haya acuerdo entre las partes. Es una posición similar a la que tomó el ex fondo buitre Fintech del mexicano David Martínez, que una vez ingresado en el canje de 2005 se convirtió en aliado financiero clave de la Argentina, al punto de ser hoy socio de Telecom a la búsqueda de un aval oficial que tarda en llegar para quedarse con una de las dos mayores operadoras de telefonía de la Argentina.