Héctor Emanuel Funes tiene 20 años y ayer se sentó en el banquillo de los acusados. Enfrenta una acusación por homicidio simple cuya víctima fue Nicolás Mansilla, de 22. El hecho se produjo el 26 de julio de 2014 en zona norte, en el contexto de una fiesta donde Funes apuñaló a Mansilla y lo pateó en la cabeza. El sospechoso se entregó la tarde siguiente acompañado de su familia y desde entonces espera su enjuiciamiento tras las rejas. Ayer, en la primera audiencia de debate, el fiscal Florentino Malaponte y el abogado querellante Marcos Cella sostuvieron que se trató de un homicidio a sangre fría y requirieron una condena a 23 años de cárcel, mientras que la defensa oficial a cargo de Silvana Lamas y Daniela Asinari planteó el crimen en un contexto de bullying y afirmó que el imputado no tuvo intención homicida.
Pasaban las 5.30. Una fiesta de cumpleaños estaba llegando a su fin en una casa del barrio 20 de Junio y, según la acusación, Funes llegó al festejo y generó disturbios por lo que fue echado de la propiedad. Elfo, como lo apodaban, se retiró y volvió con un cuchillo. La víctima para ese entonces estaba en la vereda; Funes llegó y se puso detrás de Nicolás, a quien le asestó una puñalada en la fosa ilíaca izquierda. Mansilla comenzó a correr y cayó en las cercanías de calle Tierra del Fuego y Spegazzini, a unos sesenta metros del lugar donde fue agredido. Una vez en el suelo, el agresor pateó a la víctima en la cabeza y según la querella no permitió que Mansilla fuera auxiliado. Luego huyó.
El herido fue cargado en un auto particular y trasladado al hospital Eva Perón, donde falleció. El hecho generó gran indignación en el barrio que se reunió en la casa de Funes, donde intentó apedrear el lugar y prender fuego a la casa. Por ello los hermanos del sospechoso debieron salir con custodia policial. El domicilio se allanó al igual que la casa de un familiar a pocas cuadras del lugar del crimen pero el resultado fue negativo. A la tarde, la hermana del acusado se presentó en la comisaría y trasmitió el interés de la familia en colaborar e informó dónde estaba el joven. Parte de la familia y la Policía llegaron a la casa paterna, donde el muchacho se entregó. En aquel momento Funes contaba con escoriaciones en la frente, ojo y pómulo izquierdo y al menos 10 cortes lineales –los que daban la apariencia de haber sido autoinflingidos– en la pierna derecha que iban de la rodilla al tobillo.
La querella sostuvo que Funes mató a Mansilla de un modo absurdo, y lo pateó hasta la muerte. Sostuvo que esa madrugada el imputado estuvo decidido a matar y que tuvo muchas oportunidades para no hacerlo. Tanto la Fiscalía como el querellante solicitaron una condena de 23 años por homicidio simple.
Elfo
Las defensoras Lamas y Asinari no discutieron la autoría de Funes en el hecho, aunque afirmaron que el contexto en el que se produjo el crimen fue otro. Sostuvieron que su pupilo actuó sin razonar ante una noche como tantas otras donde era objeto constante de burlas. Le dicen Elfo, Orejón, Dumbo, lo echan de las fiestas, le dicen que su novia es gorda.
La defensa oficial sostuvo que Funes es un chico tímido, que no cuenta con elementos para defenderse, que no se aceptaba a sí mismo ni era aceptado por los demás y desde siempre sufrió humillaciones. Afirmó que al final del juicio se va a demostrar que no tuvo intención homicida y que esa noche vio cegada su capacidad ante el constante hostigamiento. Las abogadas afirmaron que no harán un encuadre legal del hecho aunque rechazaron la posibilidad de una condena en el marco de un homicidio simple, como requirieron las contrapartes.
El debate está presidido por los jueces jueces Gonzalo López Quintana, Hebe Marcogliese y José Luis Suárez, quienes luego de los alegatos de apertura dieron lugar a la producción de la prueba, entre ellas las testimoniales. El debate continuará durante toda la semana.
