El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, afirmó que en la actual campaña se producirá en el país un 20% más de granos que en la cosecha anterior. «Esperamos que las expectativas superen la producción de 10,5 millones de toneladas de trigo para pasar a 16 millones, mientras que la de maíz fue de alrededor de 25 millones de toneladas, y pasaremos a 35 millones, por lo que, globalmente, vamos a superar en un 20% lo que se hizo el año anterior», señaló.
En el marco del Foro Económico Mundial que se realizó en Medellín, Colombia, el ministro señaló que «Argentina se prepara, usando la siembra directa con sustentabilidad, para alimentar al mundo en los próximos años».
El titular de la cartera de Agroindustria manifestó además que «hace seis meses que estamos en el Gobierno y nuestro país pasó de tener una exportación total de casi u$s 90.000 millones a poco menos de u$s 55.000 millones en los últimos años. O sea, estábamos desaparecidos de los mercados mundiales, del comercio bilateral».
Según los datos publicados por el Indec, en lo que respecta a exportaciones por grandes rubros, Argentina exportó u$s 82.981.091.000 en 2011, de los cuales u$s 19.833.320.000 correspondieron a productos primarios y u$s 27.675.826.000 a manufacturas de origen agropecuario.
Mientras, en 2015, las ventas al exterior fueron de u$s 56.787.982.000, con u$s 13.290.967.000 provenientes de la comercialización de productos primarios y u$s 23.290.511.000 de manufacturas de origen agropecuario, lo cual da como resultado una contracción en las exportaciones totales del 31,5%.
«Lo que hemos hecho desde la asunción del presidente Mauricio Macri es tratar de poner las variables en orden en una economía que estaba desordenada con políticas que creían que todo era fácil. Por eso, nuestra tarea es tratar de encausar esto, que no es fácil, pero tratamos de dar señales claras al sector que es muy competitivo en Argentina», agregó.
Finalmente, el funcionario nacional recalcó que en los últimos 30 años Argentina pasó de trabajar entre 13 y 15 millones de hectáreas y producir entre 50 o 60 millones de toneladas, a sembrar 40 millones de hectáreas y cosechar más de 120 millones de toneladas.
Tal explosión productiva estuvo atada a los «avances tecnológicos en materia de comunicación e innovación y en biotecnología», los cuales «han superado todo tiempo posible», subrayó Buryaile, al mismo tiempo que sostuvo que las consecuencias negativas fueron que afectó «al empleo» ya que «el uso de máquinas que reemplacen al trabajo de las personas genera desempleo y todos sabemos que si hay desocupación, hay falta de ingresos y, si no hay ingresos, hay hambre».
