Del escenario de la calle al escenario de un teatro. La compañía local Circo Lumiere, creada en 2010 por un grupo de artistas locales y de otras latitudes sumó los elementos necesarios como para que su espectáculo Les Volátiles se nutra de esos otros rituales de lo escénico y ahora se pruebe con otro vestuario y otro criterio de puesta en escena. En parte, Les Volátiles, que este sábado por la tarde se presentará en Empleados de Comercio es el heredero de Vuelos, creado en 2014 por la compañía que ahora llevan adelante la rosarina Irene Ortín y el venezolano Leonardo Carmona, ambos artistas integrales de circo y docentes de circo egresados de la Escuela Municipal de Artes Urbanas (Emau), un valioso semillero de artistas y un espacio de formación que es un emblema en Latinoamérica.
“La búsqueda del grupo siempre tiende a que todo esté unido, a que se vea un relato más allá de la destreza; por eso nos animamos a montar este espectáculo para sala dado que venimos de la calle donde las propuestas suelen estar más ligadas a la improvisación y son un poco más crudas”, dijo Irene Ortín a El Ciudadano acerca de un diálogo poco frecuente en este tipo de propuestas donde la destreza busca acompañar lo narrativo.
Les Volátiles es un espectáculo de circo callejero llevado a sala, “atravesado por acrobacias, malabares y un humor que invita al espectador a librarse de sus preocupaciones y sumergirse en un momento etéreo donde nada está escrito, pero a la vez todo tiene forma”, sostienen sus protagonistas.
A lo largo del espectáculo estos dos payasos acróbatas, inestables en el movimiento, ponen sus cuerpos y los objetos con los que trabajan en escena al servicio del humor y la destreza acrobática.
La calle es su lugar
“Para nosotros la calle ha sido nuestra gran escuela, una escuela muy hermosa que no vamos a dejar de transitar nunca, porque la calle tiene eso mágico de poder encontrarte también con gente que no suele ir al teatro; es un ámbito en el que conviven distintas clases sociales y distintos agentes sociales que siempre devuelven algo que potencia el aprendizaje”, evaluó Ortín quien, de todos modos reconoció una notable merma en las recaudaciones a la gorra que es el modo habitual de reemplazar las entradas en los espectáculos de calle.
“Les Volátiles es un espectáculo sencillo, de humor, donde hay técnicas circenses como acrobacia o malabares, y donde el objetivo primordial pasa por mostrar que somos personas comunes que hacemos circo, que éste es nuestro trabajo y que es algo que queremos compartir con el público, con una intención bien clara de romper la cuarta pared teatral desde lo clownesco, que es un poco la cristalización de Vuelos, que empezó en la calle en 2014 y que después de todos estos años de presentarlo en la calle y en distintos tipos de eventos y espacio alternativos, el año pasado decidimos darle una vuelta, donde apelamos a una nueva teatralidad, modificando algunas cuestiones estéticas y una nueva gráfica. La síntesis de todo ese proceso es este nuevo trabajo que al mismo tiempo que es nuevo tiene detrás un gran recorrido”, dijo la creadora que reconoció en la Emau, escuela municipal de cursado gratuito, uno de los espacios de formación más valiosos en su tipo.
“Muchos rosarinos no imaginan lo que esa escuela significa para los artistas del resto del mundo, y principalmente para los latinoamericanos. Junto con la Escuela Nacional de Circo de Río de Janeiro, en la que también tuve la oportunidad de hacer el cursado, son únicas, porque además de la calidad de su formación son públicas y gratuitas”, reveló.
El tiempo de ellas
Muchas de las estéticas pregnadas en el circo contemporáneo, que en la mayoría de los casos tienen su origen en los viejos circos de Europa del este, dejaron poco lugar a las mujeres que, sin embrago, en la última década lograron visibilizarse, sobre todo en estos últimos años, en diálogo con la lucha que llevan adelante los colectivos de mujeres en diferentes ámbitos de la sociedad. “Trabajo hace mucho tiempo y más allá de que siempre tuve grandes compañeros, todos buenos partenaires, en la mayoría de los casos fueron varones, y por el momento no tengo un trabajo unipersonal”, relató Irene en relación con la cuestión.
Y respecto de esta asignatura pendiente amplió: “Por suerte tengo algunas compañeras que se han animado a estar solas en el escenario y la verdad es que es algo muy distinto e interesante lo que aparece, porque cada género propone cosas diferentes, son otras sensibilidades; la energía femenina es muy distinta a la masculina y están apareciendo cosas buenísimas. Al mismo tiempo se les está dando un nuevo lugar a artistas que ya existían pero que estaban más opacadas por la presencia de varones o porque sencillamente no se les daba un lugar y ahora se ven reivindicadas. Aparecen payasas que tiene veinte o treinta años de trayectoria que hasta este momento no se las reconocía como íconos de esta estética porque ese era un lugar reservado para los hombres”.
Otro tiempo del circo
“No quiero matar al circo más clásico, pero por mucho tiempo la mujer en el circo tuvo un lugar de objeto, hubo por décadas una tendencia a la cosificación. Ahora eso casi no pasa pero claramente estamos en un proceso de cambio, de transformación, que va en diálogo con lo que está sucediendo en la sociedad donde todo se visibiliza y se trabaja mucho más frontalmente”, expresó la creadora que recomendó su nueva propuesta para personas a partir de los seis años.
“Nos gusta mucho trabajar para adultos, sobre todo para esas personas que se permiten sorprenderse frente a la inocencia del payaso; la idea es divertirnos frente a las torpezas de estos dos personajes y de la humanidad en sí, de la sencillez que reflejan. Este espectáculo busca romper con las grietas de todo tipo que siempre nos están diferenciando, para poder, al menos por un rato, compartir otras cosas”, dijo finalmente.
Para agendar
Les Volátiles, de la compañía Circo Lumiere, se presenta este sábado, a partir de las 16, en la sala Empleados de Comercio, de Corrientes 450, con una entrada general de 100 pesos