Un joven desapareció en el mediodía del viernes tras cruzar a la isla, a la altura de El Embudo, en un bote canoa 620 verde con motor negro Suzuki 40. Se trata de Gabriel Fernández Arostegui, de 23 años, quien recientemente había comenzado a trabajar en el parador Pura Vida. Sus pertenencias fueron encontradas junto con su perra a orillas del río, mientras que el paradero del joven y del bote era hasta anoche un misterio. Familiares y amigos continúan la búsqueda y piden colaboración a cualquiera que haya estado en el río el pasado viernes.
Hacía una semana que Arostegui había empezado a trabajar en Pura Vida, a la altura de El Embudo, un riacho-laguna al que se accede por la isla a la altura aproximada de avenida Génova. Con 23 años, es técnico en higiene y seguridad, amante del río y solía frecuentar la isla. El viernes cerca de las 11 salió de la guardería Punta Chica, en el arroyo Ludueña, junto con su perra, en un bote canoa 620 verde con motor negro Suzuki 40. Aproximadamente una hora después, sus pertenencias fueron encontradas flotando en el río y la perra en una orilla, sin golpes ni lastimaduras. Pero nada se supo de Gabriel y su embarcación, que desaparecieron sin dejar rastros.
“Estaba cruzando cosas en la lancha y encontraron parte de su ropa, zapatos y cosas personales flotando en el río y a la perra en una orilla del lado del embudo. Él estaba trabajando para el dueño del parador Pura Vida, que hizo la denuncia recién a la tarde”, contó Andrea, la hermana del joven, quien aseguró que el hombre no se presentó a declarar. “No aparece el dueño del parador. Ayer faltó a declarar, lo llamaron de la comisaría y dijo que iba a ir pero no lo hizo. No podemos dar con él”, indicó la mujer.
Personal de Prefectura inició la búsqueda en el lugar, junto con familiares y amigos del joven. En tanto, su hermana denunció que los recursos dispuestos no son suficientes y solicitan a Buenos Aires un sistema especial para profundizar la búsqueda.
“Prefectura puso dos hombres y buscó un ratito nada más, mientras que los amigos estuvieron hasta las 4 de la mañana. Estamos pidiendo un sistema a la Prefectura de Buenos Aires que se llama Sonar, que hace un trasfondo para ver si hay algo hundido. Necesitamos encontrar el bote si es que se hundió. Con ese sistema podrían ubicarlo para iniciar un rastreo”, explicó la hermana de Gabriel, quien solicitó la colaboración de Bomberos Voluntarios para realizar un patrullaje a pie. “Prefectura no mandó buzos ni nadie a caminar porque es riesgoso. Estamos tratando de ver si los edificios de enfrente y las guarderías tienen cámaras que apunten hacia la isla para ver qué pasó con esa lancha que salía desde Punta Chica”, agregó Andrea.
Con todo, se desconocen los motivos de la desaparición de Gabriel pero, según trascendió, se descarta que el joven se haya ahogado ya que el celular dio tono hasta últimas horas de la noche del viernes.
“Es un pibe de isla, lo conoce mucha gente; es un pibe sano, que conoce las normas de seguridad. La perra no se golpeó, él nunca dejaría a la perra ni la perra se alejaría de él. No tenemos idea de qué puede haber pasado”, sostuvo su hermana.
Andrea, acompañada por otras 15 personas, continuaban con la búsqueda por sus propios medios.
El caso lo lleva la fiscalía de Entre Ríos e intervino la comisaría 9ª.
