Policiales

Operación Dakovo

Buscan a un argentino señalado como el mayor proveedor de armas del PCC y del Comando Vermelho

Las investigación de la Justicia de Brasil tuvo colaboración de Paraguay y Estados Unidos para desbaratar una organización dedicada a la venta de armamento que está liderada por el empresario Darío Dirísio y su esposa desde su empresa en Asunción. El matrimonio tiene alerta roja de Interpol


El argentino Darío Dirísio y su esposa Julieta Nardi Aranda tienen captura con alerta roja de Interpol.

El empresario argentino Diego Hernán Dirísio y su esposa Julieta Nardi Aranda están prófugos por estar considerados como los principales responsables del tráfico ilegal de armas de fuego en la Triple Frontera. La investigación está cargo de la Justicia de Brasil y contó con la colaboración de Paraguay y Estados Unidos. Del expediente, trascendió que en los últimos tres años el argentino traficó unas 43.000 armas de fuego desde Europa del Este para luego revenderlas a través de su empresa a importantes organizaciones criminales como el Primer Comando Capital (PCC) y el Comando Vermelho. Los investigadores consideran que las ganancias del empresario rondaron los 240 millones de dólares.

La causa bautizada Operación Dakovo se conoció este martes luego de 55 allanamientos en domicilios, empresas y edificios públicos para dar con al menos 25 sospechosos en estos tres países. La investigación lleva más de un año y contó con la intervención conjunta de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y el Ministerio Público de Paraguay, la Policía Federal de Brasil y el Homeland Security norteamericano, dijeron los voceros del caso.

Los operativos tuvieron como objetivo “la desarticulación de un gran esquema de tráfico internacional de armas de procedencia de países de Europa del Este a Paraguay y posteriormente a las facciones criminales más peligrosas del Brasil”, describieron las fuentes a diferentes medios de comunicación.

Dirísio está sindicado como el líder del tráfico de armas entre Paraguay y Brasil. Foto: Investigadores de la Senad

 

Según voceros de la Policía Federal brasileña, la banda desarticulada en el megaoperativo es sospechosa de proveer 43.000 armas de fuego de grueso calibre hacia las organizaciones narcos brasileñas como el Comando Vermelho y al Primer Comando de la Capital (PCC), que se mueven en Río de Janeiro y San Pablo, respectivamente.

Los pesquisas estimaron que estas ventas ilegales dejaron una ganancia que se acerca a los 240 millones de dólares en los últimos tres años. Durante este período hubo 659 armas incautadas en territorio brasileño en 10 estados de la federación: Río Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, Mato Grosso do Sul, San Pablo, Río de Janeiro, Minas Gerais, Espírito Santo, Bahía y Ceará.

La causa

Foto: Investigadores de la Senad

 

El operativo fue bautizado con el nombre de Dakovo, una ciudad croata, debido a que era la procedencia del armamento incautado a dos sospechosos en 2020 por el personal de la comisaría de Vitória da Conquista, en Bahía. El cargamento contaba de 23 pistolas, dos fusiles, cargadores y municiones, donde la mayoría provenía de dicha localidad y que fue el puntapié de esta pesquisa que se considera la más grande sobre el tráfico ilegal de armas.

Luego de una serie de medidas los pesquisas determinaron que otros cargamentos provenían de Turquía, República Checa y Eslovenia. Lo que hacían con el armamento era rasparles los números de series para luego revenderlas a grupos de intermediarios que operaban en la frontera entre Brasil y Paraguay, los cuales abastecían a las organizaciones criminales brasileñas más importantes.

Foto: Oficina de la Senad, Paraguay

En este esquema entra el empresario Dirísio, quien con su empresa Internacional Auto Supply (IAS) con sede en la capital paraguaya, se encargaba de triangular la compra y venta de pistolas, fusiles, ametralladoras y municiones que adquiría con dudosos permisos a fabricantes de Croacia, Turquía, República Checa y Eslovenia.

El martes, su casa y el edificio de IAS en Asunción fueron allanados pero el argentino logró escapar junto a su pareja Nardi Aranda, ex modelo paraguaya, la cual está señalada por integrar el directorio de IAS. Ambos poseen pedido de captura con alerta Roja de Interpol.

 

Para los investigadores, IAS comenzó en 2012 con la importación de autos, pero luego su negocio se enfocó hacia las armas ligeras. Como Paraguay tenía vedado el acceso al mercado de armas norteamericano, compró voluntades para poder obtener permisos rápidos de importación de la Dirección de Material Bélico (Dimabel) en dicho país y así negociar con las fábricas de Europa del este, luego las enviaba a Estados Unidos y de ahí las distribuía en la frontera paraguaya – brasileña.

Las autorizaciones irregulares del órgano encargado del control de armas implicaron “alteraciones documentales para ajustar a la ley de armas, así como autorizaciones para las ventas irregulares a cambio de grandes sumas de dinero por parte de la empresa en cuestión, entre otras maniobras”, explicaron los voceros.

La pesquisa, según la cadena Globo, apuntó también a la presunta implicación del general Arturo Javier González Ocampo, que hasta hace poco ocupaba el cargo de jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea paraguaya.

Foto: Investigadores de la Senad

 

Todas las actuaciones de la Operación Dakovo quedaron a cargo del Segundo Juzgado Federal de Salvador, cuyo magistrado emitió 25 órdenes de detención preventiva, seis órdenes de detención temporal y 55 allanamiento e incautación en Brasil, Paraguay y Estados Unidos. Los operativos abarcaron grandes ciudades como Río de Janeiro, San Pablo, Sorocaba, Praia Grande, San Bernardo del Campo, Ponta Grossa, Foz de Yguazú, Brasilia y Belo Horizonte, en Brasil.

Por su parte, en Paraguay hubo procedimientos en Asunción y en Ciudad del Este, en esta última los pesquisas estiman que se acopiaban y borraban los números de series de las armas.

A lo largo de estos días hubo 16 apresados entre los que se encuentran vendedores de la empresa IAS, altos oficiales militares y autoridades del Registro de Control Armas de Paraguay. De todas estas personas, una decena ya tienen pedido de extradición para que rindan cuentas en la Justicia brasileña mientras continúa la intensa búsqueda para otras 10 personas, entre las que se encuentra el empresario argentino y su esposa.

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