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Buscan cambiarle la cara al entorno del Cruce Alberdi

Se fijaron nuevos topes a la edificación en altura en 8 hectáreas. El proyecto de 500 viviendas para la zona sigue en estudio. La idea es que se pueda construir hasta 13 metros en el interior del barrio y liberar hasta 19 sobre calle Salta.

El Concejo Municipal aprobó en su última sesión el proyecto girado por el Ejecutivo municipal para abrir las puertas a la reconversión de una de las áreas pendientes del llamado Segundo Anillo de la ciudad: el Cruce Alberdi. La norma establece  indicadores para unas ocho hectáreas ubicadas entre la calle Salta, Vera Mujica y el límite que establecen las vías ferroviarias. La idea es que se pueda construir hasta 13 metros en el interior del barrio y liberar hasta los 19 metros sobre calle Salta en una de las pocas áreas que permanecen inalteradas desde hace décadas.

En diálogo con El Ciudadano el secretario de Planeamiento municipal, Pablo Barese, señaló que la zona no tenía indicadores urbanísticos, ya que cuando en el año 2008 se aprobó el nuevo Código Urbano (normativa que rige topes y usos habilitados para la tierra en toda la ciudad) en el  macrocentro, el Cruce Alberdi había quedado como un “Área de Reserva”. “Eso quería decir que no se podían realizar transformaciones. Cualquier nueva construcción o habilitación de uso determinado no podía realizarse. Hasta ahora”, explicó el funcionario.

El secretario  detalló que lo que se busca con los nuevos topes es, por una lado, mantener la “estructura y fisonomía barrial” de una zona que permanece sin cambios desde hace décadas. Ahora en el interior de esas 8 hectáreas se fijó un límite de 13 metros, es decir que se podrá constuir en altura pero sólo hasta 4 pisos.

A la par –según marcó el titular de Planeamiento– la idea es “seguir consolidando” a calle Salta como uno de los corredores más importantes de acceso al centro desde el oeste y el norte. El funcionario explicó que con los 19 metros (6 pisos) que se podrán levantar ahora entre Vera Mujica y San Nicolás se pone a ese tramo en iguales condiciones que el resto de la arteria, que ya tenía ese tope.

Esa última  propuesta (la totalidad del proyecto fue votado por todos los bloques políticos en el Concejo) es una más de las que buscan  que las inversiones inmobiliarias en altura se sigan concentrando en las grandes avenidas y no en el interior de los barrios.

Finalmente, el secretario de Planeamiento también señaló que el “Plan Especial Cruce Alberdi” (así se denomina técnicamente a todo el proyecto) incluye la catalogación de alguno inmuebles como de valor patrimonial, por lo que cualquier modificación deberá respetar su estructura edilicia histórica.

Cargill, por ahora no

En tanto, desde el municipio señalaron que el sector de Cruce Alberdi donde se encuentra radicada la empresa Cargill (dos manzanas sobre Salta y Cafferata) no está incluido en la nueva regulación  y seguirá como un Área de Reserva.

En febrero trascendió que  la firma norteamericana le propuso al Ejecutivo demoler sus actuales instalaciones para levantar allí cinco torres de 20 pisos con 500 viviendas para sectores medios (ver aparte). El predio tiene en total 70 mil metros cuadrados.

Barese sostuvo que la discusión sobre esa propuesta con las autoridades de la firma quedará “para más delante” y que aún no hay ningún acuerdo sellado. Lo que con el tiempo consensúen el municipio y los privados deberá ser aprobado luego por el Concejo Municipal.

En concreto, lo  que pretende la cerealera es dejar de operar su planta  y obtener nuevos usos urbanísticos para el predio.

El funcionario precisó que para empezar Cargill debería trasladar su sector productivo a la zona de puertos, “relocalizar las oficinas administrativas y demoler las estructuras existentes”.

Barese indicó que las instalaciones actuales de la multinacional “no pueden reciclarse, y al no ser de patrimonio arquitectónico, se recomendará su demolición integral”.

Si el municipio lograra un rápido acuerdo y el Palacio Vasallo aprobara ese convenio este año, en la Intendencia estiman que los trabajos podrían comenzar recién en 2015. Y que entre derribo de estructuras y construcción de las flamantes torres habrá que aguardar unos cinco años.

En la sesión del pasado jueves algunos concejales comenzaron a plantear ciertos reparos en torno al proyecto y a la forma en que fue presentado en febrero.

La concejala María Fernanda Gigliani, del opositor Partido del Progreso Social, cuestionó que “en una nota periodística” (el secretario de Planeamiento se lo reveló entonces al diario La Capital) hubiera sido el propio  Barese quien “anticipara” la propuesta privada para el área.

La legisladora también se preguntó de qué forma se le llevarán los servicios de electricidad, agua y desagües a las posibles 500 viviendas.

Los detalles de la propuesta

Barese había señalado en febrero que el borrador del proyecto que entregó Cargill al Ejecutivo promueve levantar cinco torres de hasta 76 metros (planta baja y 20 pisos) hacia el norte.

Si no hay cambios y la iniciativa fuera aprobada tal como se presentó desde el municipio se habilitarían no menos de 500 departamentos en todo el complejo. «Por lo que nos dijeron desde la empresa la idea es hacer un desarrollo inmobiliario pensado para sectores medios, no para el mismo público que adquirió viviendas en Puerto Norte a valores más elevados», apuntó Barese hace 50 días.

La iniciativa contempla la construcción de cocheras subterráneas y permitirá la instalación de oficinas comerciales en la planta baja de cada una de las torres. El uso industrial quedará vedado.

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