El gobierno nacional analiza pagar con leche en polvo la deuda energética contraída con Venezuela, heredada de la gestión de Cristina Fernández por unos 500 millones de dólares.
Desde la nueva administración, ya anunciaron que para amortiguar la crisis de la actividad lechera planea comprar parte del excedente del stock de leche en polvo que existe en el mercado local.
Según un informe del sitio Valor Soja, “Argentina está nadando en un océano de leche en polvo: se estima que existe un sobrante de unas 50.000 toneladas que no tienen dónde ir a parar”.
Las razones de semejante fenómeno se encuentran en la desaparición de la demanda venezolana mientras que en lo que va de 2016 se declararon exportaciones de 2.520 toneladas de leche en polvo entera con destino al mercado bolivariano.
Una cantidad de esas toneladas son exportadas por SanCor como parte de pago del crédito de 80 millones de dólares recibido por la cooperativa en 2006.
El dato es que en el mismo período de 2015 –del 1º de enero al 8 de marzo– los registros de exportaciones argentinas de leche en polvo a Venezuela habían sumado la enorme cifra de 30.590 toneladas.
En tanto, el año pasado las autoridades del gobierno de Cristina Fernández –fundamentalmente Julio de Vido– promovieron, en el marco del acuerdo “petróleo por alimentos”, exportaciones monumentales de leche en polvo destinadas a Venezuela, pero con el gobierno macrista esa movida se cortó.
“Así como la gestión kirchnerista dejó de factura impaga unos 300 millones de dólares por la importación de gas boliviano, tampoco terminó de abonar las importaciones de fuel oil venezolano (deuda que algunas fuentes estiman en alrededor de 500 millones de dólares)”, indicó el reporte.
En ese contexto, una de las alternativas que estudia el equipo económico del gobierno macrista –adelantada por el ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile– es comprar todo el excedente de stock de leche en polvo entera presente en el mercado argentino para emplearlo como parte de pago de la deuda energética con Venezuela heredada de la gestión anterior.
No existen muchas alternativas para sacarse de encima semejante stock de leche en polvo: la industria láctea argentina está vendiendo, por ejemplo, el producto a destinos exóticos como Afganistán o Pakistán a valores de unos 1.700 dólares la tonelada.
Ocurre que son valores bajos porque el precio de equilibrio se ubica en torno a 2.400 dólares la tonelada con los precios pagados actualmente a los tamberos.
“La opción de recurrir al salvoconducto venezolano es atractiva, aunque no está exenta de dificultades. En estos días, por ejemplo, se conoció que el gobierno bolivariano congeló la distribución de unas 25.000 toneladas de leche en polvo porque el precio del envase es superior al valor de venta máximo fijado oficialmente para el alimento”, precisó el análisis.