Nilda Garré le prometió a Mónica Fein que evaluará la disponibilidad de las fuerzas nacionales para ver de qué manera puede aportar a la seguridad pública de Rosario, con controles en accesos a rutas, en avenida Circunvalación y otros enclaves federales en la ciudad. Fein propone ampliar las tareas de la Gendarmería y la Prefectura, con las que hoy la Municipalidad articula cuestiones muy puntuales. Fein camina por Capital Federal y ve prefectos custodiando la zona de ribera y a la Gendarmería en la calle, sobre todo en el sector sur. ¿Por qué esos agentes, que son federales, no hacen el mismo trabajo en la complejizada Rosario de estos tiempos?
Fein y el secretario de Gobierno Fernando Asegurado, salieron del despacho de Garré y le golpearon la puerta a José Sbatella, titular de la Unidad de Información Financieras, organismo sobre el que la semana pasada se debatió en Rosario, en una actividad que organizó el diputado del GEN Fabián Peralta. En el panel estuvo Alicia López, antecesora de Sbatella, quien desde su desplazamiento se volvió una crítica acérrima del organismo, al que le achaca que en más de una década apiló denuncias judiciales pero no logró condenas.
Como sea, Fein le dijo a Sbatella que la Municipalidad quiere colaborar. No dijo si dejó alguna carpeta con posibles puntas para que investigue, pero el tema hace rato que da vueltas: florecen como hongos los autos importados conducidos por gente que difícilmente pueda explicar el origen de esos recursos; lo mismo con mansiones o departamentos de categoría en zonas selectas.
Salieron de la oficina de Sbatella y ya de noche los recibió Oscar Parrilli en la Secretaría General de la Presidencia. De un tema crucial se habló en esa mesa: según los datos de la Municipalidad en cuestión de días vence el plazo para tomar el crédito del Banco Mundial por casi 100 millones para obras de cloacas en doce barrios. Para tomarlo, sólo resta el okey final de la Nación. Luego los concejales de Rosario deberán levantar la mano para convalidar el endeudamiento, cuestión que se resuelve en cuestión de horas. Parrilli se comprometió a rastrear en qué instancia se encuentra el trámite y comunicarse con el Palacio de los Leones.
Lamiendo heridas
La aprobación de la reforma tributaria dejó heridos en ambas trincheras. El gobierno dispuso un rápido operativo para contener y levantar a los senadores radicales, a los que el ministro de Gobierno, Rubén Galassi, convocó a la Casa Gris horas después de la ajustada votación que obligó a todos a votar a favor, incluso aquellos que pensaban darse el lujo de abstenerse siendo parte de un gobierno que tiene minoría en ambas cámaras.
Cruzados ruralistas se lanzaron al cuello de los radicales Borla y Marcón por haber votado el proyecto que actualizó avalúos de 1974 (¡sí, 1974!) en un 120 por ciento. Ambos parece que prometieron a la tribuna con imprudencia, que jugaron de líberos, con la ligereza de los opositores, en una actitud propia de quien no termina calzarse la camiseta del equipo. Ahora pagan las consecuencias de esa ambigüedad. El gobernador Antonio Bonfatti, con buen reflejo, mandó urgente una ambulancia a buscar a esos golpeados.
Los propietarios rurales pagarán más por Inmobiliario Rural y por Bienes Personales, pero bastante menos que sus colegas cordobeses, bonaerenses y entrerrianos, según datos del Ministerio de Economía provincial. Iracundos, acorralaron al presidente del PJ, José Luis Freyre, en su vivienda particular, según contó a este diario el diputado Darío Mascioli.
La movida hizo mella en el ánimo de Freyre al punto que pensó en renunciar a sólo tres meses de haber asumido. Desistió cuando distintos actores del peronismo le hicieron comprender que un paso al costado sólo serviría para profundizar las dificultades del PJ santafesino.
La reforma tributaria blanqueó un poco más la fractura de un PJ donde todo será terreno de disputa entre las múltiples corrientes que pugnan, algunas por ganar espacios, otras por sobrevivir. Las elecciones 2013 serán el ring.
El gobierno fogonea una agenda legislativa compleja. Si bien lo motivan sus propias urgencias, la reforma tributaria le mostró que en tanto tiene la iniciativa puede sacar ventaja al poner en tensión a la mayoría justicialista. Si el peronismo fuera minoría las cosas quizás serían más fáciles, pero al estar sentado en primera fila los desarreglos están a la vista de todos. Además está por verse el resultado para aquellos sectores del PJ que todo el tiempo dicen no a todo. Es el caso, entre otros, de María Eugenia Bielsa. El año próximo podrá valorarse qué beneficios le tributó esa estrategia.
La Casa Gris aspira a que antes de la batalla de fondo por el presupuesto 2013 se puedan sacar los pliegos de defensores, fiscales y jueces del nuevo sistema de Justicia penal, así como el endeudamiento para grandes obras de infraestructura. Para este último caso tiene muy avanzado el diálogo con los senadores justicialistas. La duda vuelve a estar en Diputados, donde es impredecible la actitud de los múltiples bloques del PJ y los dos del PRO.
En Diputados hay bloques que dicen que con la reforma tributaria ya le dieron demasiado oxígeno al socialismo y rechazan autorizar 500 millones de dólares. Otros mantienen su intransigencia: al enemigo ni agua. El Movimiento Evita sentó posición: el tema sólo es analizable si cada dólar a tomar tiene imputación específica previa. Como otros sectores kirchneristas, intentará que en el ida y vuelta el gobierno ceda algo: quiere ampliar el Fondo Sojero a favor de los intendentes y la automaticidad mensual en el giro de los dineros del Fondo de Obras Menores que reciben los jefes comunales (tiene media sanción de Diputados).
Sin embargo, los senadores justicialistas (y los radicales también) miran con desconfianza esos dos proyectos. Ven en ellos una jugada de los kirchneristas ortodoxos para hacer crecer adversarios en sus departamentos. Para los senadores es de esperar que si los recursos económicos de los intendentes aumentan, lo mismo ocurra con sus ambiciones políticas.
Nada de lo que sucede en el PJ santafesino está al margen de lo que ocurre a nivel nacional, donde florecen disputas varias con vistas a 2013: en el propio kirchnerismo, en el peronismo alineado con Cristina y entre los peronistas disidentes. Según las crónicas periodísticas, dos diputados santafesinos aceptaron el convite de José Manuel de la Sota a participar del asado en el que convocó a los peronistas disidentes: Carlos Carranza, vinculado a Carlos Reutemann, y Eduardo Forconi, hombre de Jorge Obeid, que una vez más tantea el terreno con intenciones de desmarcarse del kirchnerismo.
Comentarios